En Punta del Este, Uruguay, a 9 kilometros de la costa en el Océano Atlántico, se encuentra la mayor reserva de Lobos Marinos de Sudamérica. Nos vamos a descubrir sus aguas y conocer a los lobos marinos.
La Isla es una Reserva Natural que integra el Parque Nacional de Islas Costeras tiene una superficie de 41 ha, con 1,2 km de largo y 816 m de ancho donde predominan rocas y bancos de arena que son una continuación de la Cuchilla Grande, en la desenbocadura del Río de la Plata. Posee manantiales de agua dulce y poca vegetación.
Esta isla fue descubierta por Juan Díaz de Solís en 1516, algunos tripulantes desembarcaron para abastecerse de agua y cazar lobos marinos, para usarlos como alimento en su viaje de regreso, y comercializar las pieles en el mercado de Sevilla. Años más tarde en 1527, fue visitada por el navegante veneciano Sebastián Gaboto en su expedición al Río de la Plata y al Paraná. Un año después en 1528 Diego García de Moguer navegó por la región y la nombró «Isla de los Pargos». En 1599 la isla fue visitada por Laurens Bicker.
La Isla está habitada por dos especies de Lobos Marinos, el Lobo Fino o de dos pelos, es el que más población tiene, alrededor de unos 250.000 ejemplares y es el que se usaba en la industria peletera.
La explotación de la lobería fue hasta 1991 cuando por una ley ecológica se prohibió esta actividad. Su pelaje está compuesto por dos capas de pelo y los machos llegan a pesar 140 Kg. y medir 180 cm. Los Lobos marinos se alimentan de anchoíta, calamar, camarón y merluza joven que encuentran lejos de la costa.
La segunda especie del León Marino hay unos 12.000 ejemplares aproximadamente, los leones doblan en tamaño a los Lobos marinos.
Los machos llegan a medir hasta 230 cm y pesar 340 kg., se alimenta de los peces como brótola, corvina, pescadilla, cazón, entre otros que encuentran en la zona costera. Algunos de estos ejemplares se encuentran en el Puerto de Punta del Este y otros nadando alrededor de las embarcaciones deportivas para alimentarse.
Marcos Pietrafesa director de Scuba Divers nos cuenta «La sensación es increíble, en pocas partes del mundo se puede bucear con tantos lobos y leones marinos. Los animales viven allí todo el año. Te hacen sentir muy torpe al ver la velocidad y agilidad con la que se mueven en el agua, esto sumado a la curiosidad natural que tienen que hace que se aproximen realmente bastante. Nosotros ofrecemos el buceo y también la posibilidad de hacer snorkeling entre ellos. Actividad para personas de todas las edades».
Y además agrega «Durante el viaje a la isla, de aproximadamente 45 minutos de duración, se da un briefing del lugar y recomendaciones para optimizar la experiencia. El buceo es sencillo ya que es a poca profundidad y bastante estático. Es condición imprescindible contar con certificación de buceo para tal actividad. En cuanto a la actividad de snorkeling no hay requerimientos, solamente tener ganas de divertirse y respetar las normas establecidas para poder interactuar con los animales de forma lo más segura posible y sin afectar su medio ambiente».
El gobierno uruguayo erigió 1858 un faro en la isla para guiar la navegación de los buques y embarcaciones que ingresan y salen del Río de la Plata, y fue reconstruido en 1906. Es el tercer faro más alto del mundo y el más alto de América del Sur. El destello de su luz que emite cada 5 segundos se ve a una distancia de 40 km. Desde su balcón exterior se observa una vista panorámica de la isla y la costa de Punta del Este.
En julio de 2001 se convirtió en el primer faro automatizado de Uruguay, contando con energía solar y alta tecnología. Posee una sirena que funciona con aire comprimido como alternativa para los días de niebla cerrada.
Daniel Piñeiro de la Escuela de Buceo Octopus Uruguay, explica que la isla es un escollo para la navegación, existen registrados 32 naufragios históricos.
Además, nos cuenta que lo mejor de hacer esnorquel o bucear en la Isla de Los Lobos «es muy lindo verlos nadar por el fondo ya que son muy ágiles y rápidos debajo del agua, su comportamiento es de mucha curiosidad por lo que se te acercan mucho y los lobos chicos son muy juguetones como cachorros de perro».
Sobre las recomendaciones nos dice «bueno es importante no tenerle miedo al agua y saber nadar, aunque hay gente que se tira con salvavidas también. Hay reglas que hay que cumplir y siempre se da una charla previa. Está prohibido subirse a las rocas o bajar a la isla y les llama la atención los colores cálidos si tenés aletas rojas naranjas o amarillas te siguen más. En verano es la época de celo por lo que los lobos son más territoriales, no dejamos que los turistas se acerquen a menos de 20 metros de las rocas dónde están las hembras».
Los turistas grandes y chicos que se animan a nadar y bucear con los lobos marinos comentan que es una actividad muy linda, divertida e interesante. Los lobos son mansos y acompañan el nado, en relación a esto último Daniel Piñeiro lo sorprendió que un buzo español muy experimentado diga «esto es lo que quería ver animales que interactúen conmigo y que no se vayan, que se queden jugando».
Es una actividad que permite conocer la fauna de la reserva en primera persona e interactuar con ella.