El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, informó hoy que tras el paso del huracán Irma por el territorio de la isla han fallecido tres personas en hechos relacionados con las malas condiciones climatológicas, mientras que los mayores incidentes que se han registrado son arboles y postes eléctricos caídos.
En su primera comparecencia tras el paso del ciclón por el noroeste de la isla, Rosselló advirtió que aunque se ha suspendido el aviso de huracán por parte del Centro Nacional de Huracanes (NHC, por su sigla en inglés), lloverá lo que pudiera provocar inundaciones y situaciones de peligro.
A su vez explicó que unos 1.093.643 clientes no cuentan con electricidad y 221.214 abonados no tienen servicio de agua.
El Servicio Nacional de Meteorología (SNM) estimó entre 8 a 12 pulgadas (20 a 30 centímetros) de lluvia en la zona de la montaña del área este, y hasta ocho pulgadas de lluvia a lo largo del Río Grande Manatí.
Se espera que hoy se registren cinco pulgadas (12 centímetros) adicionales de lluvia -incluyendo la zona oeste de la isla- por lo que se emitió un aviso de inundaciones.
El primer ejecutivo advirtió que el terreno ya está saturado de agua lo que puede generar deslizamientos y el desbordamiento de los ríos.
Se informó además que en San Juan se registraron olas de hasta 30 pies (unos 9 metros).
En un informe preliminar, el director de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (AEMEAD), Abner Gómez, informó que los pueblos más afectados fueron: Utuado (centro), Fajardo y Culebra, en el este.
Según reportes preliminares, los mayores incidentes que se han registrado son: arboles obstruyendo la vía pública y postes del tendido eléctrico en el piso.
Numerosas carreteras y calles de la isla están cortadas por dichas caídas.
Actualmente se analizan los daños en el aeropuerto internacional Luis Muñoz Marín, de San Juan, para su reapertura.
El gobernador -quien ha mantenido estrecha comunicación con la Administración Federal para el Manejo de Desastres (FEMA, por su sigla en inglés)- conversó ayer con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el vicepresidente, Michael Pence; y con el jefe de gabinete de la Casa Blanca, John Kelly quienes le expresaron su solidaridad y apoyo a la Isla durante la emergencia.
Asimismo, el primer mandatario conversó con el secretario del Departamento de Salud federal, Tom Price, quien conoció la necesidad de asignar personal adicional para atender la situación.
La Autoridad de Energía Eléctrica reportó aproximadamente 1.093.643 de clientes sin servicio, un 69,66 por ciento de los abonados.
Por su parte, la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA) reportó 221.214 clientes sin servicio para un 17,64 por ciento, la mayoría por interrupciones del servicio de energía eléctrica.
En la zona este de la isla hay 100.000 clientes de la AAA con servicio gracias a los generadores de emergencia.
Según informa la Policía de Puerto Rico hay un total de 6.298 personas refugiadas en los alrededor de 500 escuelas habilitadas para ello.
Ante esto, el gobernador recordó a los alcaldes que deben registrar los datos de los refugiados al sistema de FEMA, información necesaria para los suministros y futuras ayudas.
También se informó de la muerte de una mujer en Camuy que murió electrocutada al hacer contacto con un receptáculo en su casa.
Otra mujer de 79 años de Manatí, encamada y en estado delicado de salud, murió en el hospital luego que sufriera una caída mientras era transportada a un refugio.
En horas de la tarde de ayer, cuando las condiciones del tiempo ya estaban deterioradas, un hombre murió en el hospital, luego de sufrir un accidente mientras conducía por una vía de rodaje en el municipio de Canóvanas.
El Departamento de Salud informó que un 42 por ciento de las instituciones hospitalarias en la Isla se encuentran operacionales utilizando generadores eléctricos ante la interrupción del servicio de energía eléctrica en sus instalaciones.
Los funcionarios públicos no deberán trabajar mañana y las escuelas continuarán cerradas este viernes, por orden de Rosselló.
Los puertorriqueños se encuentran hoy recogiendo los destrozos en sus casas y recogiendo las calles, mientras algunos comercios y supermercados empiezan a abrir sus puertas y los ayuntamientos recogen los restos de los árboles caídos.