Ex presidiarios de Rikers Island y sus seguidores se manifestaron en contra de la última muerte en la instalación penal el martes, mientras el gobierno federal busca arrebatarle el control de la cárcel a la administración Adams.
El control del alcalde sobre Rikers Island parece estar en peligro después de la muerte de William Johnstone, de 47 años, quien fue encontrado sin respuesta en su celda el sábado y posteriormente fue declarado muerto, lo que aumenta la indignación por las condiciones de la instalación. La causa exacta de la muerte de Johnson aún no se ha revelado.
Defensores, familiares y expresidiarios llegaron incluso a llamar al centro penitenciario un campo de muerte durante una protesta que tuvo lugar en Foley Square en Lower Manhattan el 18 de julio. Organizada por la Coalición de Acción de Cárceles, los manifestantes se pararon bajo la lluvia intensa y mostraron los nombres de aquellos que han perdido la vida tras las rejas.
Los asistentes también exigieron que se redujera el número de reclusos. Según la Oficina del Contralor de la ciudad, el 1 de julio, las cárceles del Departamento de Correcciones (DOC) albergaban a 6,081 personas, 77 más que el 1 de junio.
«Brooklyn Defender Services está desconsolado por la muerte de William Johnstone, un hombre de 47 años, un ser humano a quien hemos representado desde marzo de este año. Ahora estamos en un punto crucial donde nuestras demandas de responsabilidad han quedado sin respuesta durante demasiado tiempo», dijo Yung-Mi Lee, abogada de Johnstone. «Como defensores, hemos visto la devastación y el daño causado por la encarcelación en Rikers Island».
La muerte de Johnstone ocurrió días antes de que el fiscal estadounidense Damian Williams del Distrito Sur de Nueva York declarara que está buscando un administrador designado por la corte para hacerse cargo de la problemática isla, la cual ha estado en crisis durante años.
«Durante varias administraciones de alcaldes y líderes del sistema correccional, él favorece una autoridad externa designada por la corte para hacerse cargo del complejo. Pero después de ocho años de intentar todas las herramientas disponibles, no podemos esperar más tiempo para que se produzcan avances sustanciales», dijo Williams en un comunicado, agregando que su oficina buscará que se establezca una administración designada por la corte.
Adams y el comisionado del DOC, Louis Molina, han estado a la defensiva en los últimos meses mientras intentan mitigar el impacto negativo de las 25 personas que han perdido la vida en las cárceles de la ciudad desde que asumió el cargo el año pasado. Adams se refirió a los críticos el 17 de julio.
«Piense en Molina, el primer hispano en dirigir el Departamento de Correcciones; y a pesar de lo que la gente intenta decir, está haciendo un maldito buen trabajo», dijo Adams durante una conferencia de prensa en El Bronx en la que anunció el nombramiento de Edward Caban como el 46º comisionado de policía.
Veinticuatro horas después, Adams afirmó que su administración, no el gobierno federal, seguía siendo la mejor esperanza para un cambio en Rikers.
«Respeto al fiscal de Estados Unidos en el Distrito Sur. Creo que es un gran líder allí. Pero algo no encaja cuando pasó de Eric está avanzando a que ahora necesitamos un administrador designado», dijo Adams. «Creo que soy la mejor persona para hacer de Rikers lo que todos deseamos».
Molina mismo dijo a nuestra publicación hermana, amNewYork Metro en persona, la semana pasada, que siente que ha logrado avances positivos desde su predecesor, quien insistió que había sido incompetente.
«En los últimos 20 meses, cuando piensas en cómo estaba el departamento en enero de 2022, cuando estaba en un estado de colapso. Y hemos traído muchos recursos, y esos recursos han dado muchos resultados positivos. Hasta ahora este año, hemos visto una reducción del 36% en apuñalamientos y agresiones con arma blanca. Nuestros ataques al personal han disminuido en dos dígitos», dijo Molina.
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