El alcalde Bill de Blasio y el jefe de departamento del Departamento de la Policía de Nueva York (NYPD), Terence Monahan, ofrecieron dos opiniones muy diferentes el pasado lunes, sobre el repentino aumento en tiroteos callejeros en la ciudad de Nueva York que culminó con un sangriento fin de semana del 4 de julio.
Durante la conferencia de prensa del alcalde el 6 de julio en el Ayuntamiento, él y Monahan acordaron que la ciudad había sido golpeada por una «tormenta perfecta» de crimen. Si bien De Blasio relacionó el aumento con los problemas relacionados con la pandemia de COVID-19, Monahan fue más elocuente y culpó a la reforma de la libertad bajo fianza, la liberación anticipada de los reclusos de la isla Rikers y el fracaso de algunos líderes para apoyar a la policía.
El alcalde ha tomado una posición conciliadora sobre la reforma de la fianza; él ha sostenido que liberar prisioneros de Rikers Island era lo correcto «porque tuvimos una crisis de salud pública».
De Blasio cree que un factor que contribuye al aumento del crimen son los sistemas judiciales que «no funcionan» debido a la pandemia. Debido a que ciertas funciones han sido suspendidas por seguridad pública, algunos de los arrestados por delitos están siendo liberados a la comunidad.
«El hecho de que el sistema judicial no funciona y luego la policía [hace arrestos] y no hay seguimiento de los tribunales, el Comisionado [Dermot] Shea está trabajando en eso para ponerlo en funcionamiento», dijo de Blasio.
El alcalde de Blasio dijo que Shea se está reuniendo con los fiscales de distrito para convencerlos de enjuiciar los delitos y dejar de poner a los criminales en las calles. Dijo que el comisionado buscaría la reapertura de los tribunales para evitar la liberación inmediata de los arrestados por delitos relacionados con armas.
La policía de Nueva York sostiene que muchos de los liberados de Rikers ahora están cometiendo nuevos delitos, y muchos liberados bajo la reforma de la fianza también están involucrados en los siete delitos mayores, incluido el asesinato.
«Están sucediendo muchas cosas diferentes: la reforma de la fianza, las liberaciones de la prisión, los tribunales están cerrados, la mitad de la población de las cárceles está fuera y la animosidad hacia la policía es tremenda», dijo Monahan. “Todos intentan luchar contra los policías cuando quieren hacer un arresto. Queremos escuchar apoyo para que los líderes de la policía hablen por la policía que está en las calles. La moral es baja y la retórica es una pequeña minoría».
Monahan dijo que están buscando aportes de la comunidad sobre lo que quieren que los oficiales hagan por ellos.
«La policía de vecindario está diseñada para ponerlos de nuestro lado, para preguntarles qué quieren de la policía y tenemos que tratar con la comunidad», dijo Monahan. “Nuestra concentración en la calidad de vida condujo a la reducción de la delincuencia. Necesitamos saber de la comunidad cómo quieren que su vecindario sea vigilado”.
Además, Monahan criticó al Ayuntamiento por aprobar la reforma a las leyes de estrangulamiento que incluyen el uso de una rodilla para sujetar a un prisionero que se resiste. Dijo que los policías «tienen miedo de arrestar a alguien que se resiste».
Aun así, el jefe de departamento desestimó las especulaciones de que los oficiales estaban «bajando el ritmo».
«Nuestros muchachos no bajan el ritmo», dijo. “Las investigaciones llevan tiempo, las investigaciones de homicidio no son de la noche a la mañana y hay varios arrestos… y numerosas personas listas para acusar. Pero estamos esperando que se abran los tribunales».
Tanto el alcalde como el jefe de departamento dijeron que la clave para controlar la violencia es reunir a las organizaciones comunitarias y atrapar a las personas con armas antes de que las usen.
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