Ilusionado y muy honrado ante una distinción tan especial, Alejandro Sanz, que recibirá este miércoles el galardón Persona del Año como parte de los Grammy Latino, aseguró a Efe que el galardón es una extraordinaria prueba del cariño que le profesan sus colegas músicos.
«Es algo muy bonito y estoy muy agradecido porque sé que es una demostración de amor y de compañerismo», dijo en una entrevista telefónica.
«Y, por esta vez, voy a cumplir las órdenes y me voy a sentar para disfrutar», comentó entre risas al señalar que todo se está organizando bajo el mayor de los secretos para que sea una auténtica sorpresa.
La gala Persona del Año, que tiene lugar un día antes de la entrega de los Grammy Latino, reconoce la exitosa carrera de una figura de la música latina, así como sus actividades filantrópicas, y en ediciones anteriores ha tenido como protagonistas a estrellas como Marc Anthony, Shakira, Miguel Bosé, Gloria Estefan, Vicente Fernández, Juan Gabriel o Joan Manuel Serrat.
En esta ocasión, una espectacular relación de artistas se subirá al escenario del hotel Mandalay Bay de Las Vegas para homenajear y reinterpretar los temas de Alejandro Sanz, entre los que destacan Luis Fonsi, David Bisbal, Natalia Lafourcade, Juanes, Camila Cabello, Mon Laferte, Alejandro Fernández o Juan Luis Guerra.
«Se nota mucha ilusión en la gente y es el Grammy más importante que te puedan dar los compañeros», apuntó Sanz.
«Yo estoy deseando ver las versiones, cómo viajan las canciones en la voces de cada uno de esos artistas que están ahí, que es gente con mucho talento. A ver a qué paisajes las llevan y qué les aportan también las canciones a ellos», señaló.
El artista español ensalzó además que se trata de una gala «puramente musical», al margen de los medios de comunicación o el público, y confesó que le provoca cierto «sonrojo» ver a tantos compañeros «que quieren estar ahí y que lo hacen con un cariño muy bonito».
El premio Persona del Año también une, de alguna manera, el éxito que ha cosechado Sanz a ambas orillas del Atlántico hasta convertirle en un emblema de la música hispana de las últimas décadas, un triunfo que, no obstante, le llevó dedicación y arrojo para no conformarse sólo con su público español.
«Date cuenta de que yo llevo veintitantos años viniendo a América y que tengo tantos amigos en España como aquí. Son una parte fundamental de mi vida», explicó.
«Una cosa que hice desde el principio, y que se lo digo siempre a muchos compañeros más jóvenes, es que cuando vayas a un país tienes que involucrarte, aprender de su humor, de su idiosincrasia, de cómo ven las cosas, qué les duele y qué les hace gracia. Todo eso es importantísimo porque así es como se disfruta el viaje. Lo otro es un ir y venir sin sentido», añadió Sanz.
Sin embargo, el cantante no olvida que los comienzos en América no fueron sencillos: «Al principio costó. En España ya había vendido muchos discos y daba conciertos, pero llegué a Latinoamérica y no me conocía nadie. Tenía que empezar de cero. Era otra vez bajar a tocar en centros comerciales encima de una tarimita de un palmo de alto con niños corriendo por encima. No fue un camino fácil».
«Pero, bueno, al final la recompensa es ésta: que tengo un montón de casas, un montón de familias y de gente que me quiere en lugares a los que puedo regresar y seguir comunicándome con mi música», remató.
Sanz, que en Los 40 Music Awards celebrados la pasada semana en Madrid pidió a la sociedad que no se deje derrotar por el odio, quiso en esta ocasión ser optimista más allá de los «convulsos tiempos» que atravesamos.
«También todos los días ocurren milagros. Todos los días hay gente que trabaja en fundaciones y en oenegés que dedican su vida exclusivamente a hacer mejor la vida de los demás. Y una canción es un pequeño milagro también. Te da esos minutos de esparcimiento, de separarte de lo más material y de lo más primitivo para realmente conectar con tu ser más íntimo», consideró.
Por último, y tras un 2017 en el que celebró los veinte años de su clásico álbum «Más» con un espectacular concierto en el estadio Vicente Calderón de Madrid, Sanz dijo que todavía no ha perdido la esencia de aquel chaval que tocaba la guitarra en Moratalaz.
«De él me quedan un par de deudas sentimentales, un par de agujeros en el bolsillo y las mismas ganas por seguir adelante. Y, en fin, esto es lo que decidí hacer y por ahora me ha salido bien», afirmó.
Alejandro Sanz recibirá el premio Persona del Año este miércoles en Las Vegas, un día antes de que se celebre la 18 edición de los Grammy Latino en la que el puertorriqueño Residente, con nueve nominaciones, parte como el principal favorito.