Cuando la familia Viramontes emigró a Estados Unidos hace dos décadas trajo consigo recetas de dulces mexicanos que hoy la Casa Blanca amarga al anular los permisos de trabajo que otorga la Acción Diferida (DACA) a jóvenes que con «esos papeles» hicieron crecer su empresa de confites.
«El sentir de la familia es preocupación y también incertidumbre, porque no sabemos en 6 meses que va a pasar, si vamos a estar bien», dijo a Efe Ignacio Viramontes, hijo, administrador de «Dulces Colibrí» en Gardena, California.
El «soñador», de 30 años, que fue traído al país por su familia cuando tenía 9 años de edad, en 1996, declaró que siente como que el Gobierno lo está forzando a «regresar a las sombras».
«Yo sé qué es vivir sin licencia (de conducir), sin tarjeta de identificación, no poder sacar crédito, no poder comprar carro», relató sobre los beneficios del DACA con los que por cinco años se sintió «como un ciudadano normal».
El fiscal general, Jeff Sessions, rescindió este 5 de septiembre la validez del programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), orden ejecutiva firmada por el entonces presidente Barack Obama en 2012 y que benefició a 800.000 jóvenes.
«Nosotros no estamos aquí para afectar a los demás ciudadanos, estamos aquí para aportar a la sociedad, cultura y economía. Nosotros no somos criminales, nosotros no somos todo lo que ha dicho Donald Trump que somos», aclaró el mayor de tres hijos de la familia Viramontes.
El joven contó que con los documentos de DACA tanto él como sus hermanos Yazmín, de 23 años, y Uriel, de 21, lograron sacar un crédito para adquirir «maquinaria industrial, alquilar un local grande y comprar una camioneta nueva» para distribución de productos.
«Así creció nuestra marca, Dulces Colibrí, una empresa familiar en que creamos 6 empleos directos, más ganancias para distribuidores y tiendas vendedoras», aseveró el joven que estudia Idiomas y Diseño Gráfico en el colegio comunitario Cerritos.
De su parte, su hermana Yazmín, dedicada a empaquetar pedidos de dulces de mango, tamarindo con chile y pistachos con especias, entre otros, dijo a Efe que se siente «frustrada» con el golpe reciente a jóvenes con DACA.
«Nos sentimos muy tristes, porque desde el 2012 cuando se aprobó DACA sentimos que avanzamos mucho en el negocio y como familia», declaró la joven que reside en el país desde los 3 años.
«Tenemos mucha preocupación de que cuando se nos acabe nuestro permiso nos quedemos donde estamos, cuando ahorita vamos en un camino en que vamos creciendo poco a poco», aseveró.
Ignacio Viramontes, padre, de 65 años, inició la producción de su empresa con recetas de dulces familiares desde que se casó con Martha y fundaron su hogar en Puebla, México, y luego de emigrar a Estados Unidos reinició el pequeño negocio familiar.
En California los Viramontes descubrieron que «a la gente le gusta comer mango», por ello diversificaron las recetas de dulces a base de «mango deshidratado».
La cancelación del DACA, «es un paso para atrás, no sólo para ellos, sino para Estados Unidos, el presidente en lugar de fortalecer a Estados Unidos lo está debilitando, lo está dividiendo», aseveró Viramontes padre.
«Todos los que no tenemos documentos vamos en contra de la corriente; pero siempre vamos avanzando», indicó el mexicano que también se considera «un soñador» porque su sueño es que sus hijos «salgan adelante».
En entrevista con Efe la abogada de inmigración, Yanci Montes, aconsejó a las familias «que por favor no se desesperen, porque algo bueno va a venir para estos jóvenes DACA«.
«Las familias tienen que saber que hay derechos para todos en EE.UU. sin importar su estatus legal, porque la constitución estadounidense protege a todos», aclaró.
En un reporte reciente, el Centro para el Progreso Estadounidense (CAP) indica que el 5 por ciento de los beneficiarios de DACA son creadores de nuevos negocios y proveedores de empleo.
Cancelar DACA, indica el CAP, provocará en la economía del país la pérdida de alrededor de 460.3 mil millones de dólares, de Producto Interno Bruto, en los 10 años siguientes.
Además el despido de 685.000 trabajadores, debido a «la anulación» del DACA tendría efectos negativos a la estabilidad económica de la nación.