El presidente de la Asamblea del estado de Nueva York, Carl Heastie, la presidenta de Comité del Trabajo laboral Comité, Michele Titus, y la presidenta del Comité de Operaciones Gubernamentales Crystal Peoples-Stokes, anunciaron la aprobación de una legislación dirigida a cerrar la brecha salarial de género en el estado de Nueva York.
“La semana pasada aprobamos el Día Nacional de la Igualdad Salarial, para representar el tiempo que tienen que trabajar las mujeres hasta el próximo año para ganar lo mismo que sus contrapartes masculinos, en el caso de las mujeres de color esa fecha no llega sino hasta finales del próximo año”, dijo el presidente Heastie.
“La brecha salarial le cuesta a las mujeres cientos de miles de dólares a lo largo de sus vidas, lo que afecta incluso su jubilación y seguridad social. Poner a las familias primero significa apoyar políticas públicas como estas que empoderen a las mujeres”.
A nivel nacional, las mujeres ganan 80 centavos por cada dólar de lo que ganan los hombres. Para las mujeres afroamericanas, ese número es de 63 centavos. Mientras que para las mujeres hispanas, esa cifra es de 54 centavos.
Si bien Nueva York tiene la brecha salarial más baja de cualquier estado en el país con 89 centavos por cada dólar que gana un hombre, todavía hay un largo camino por recorrer.
Eliminar la desigualdad salarial
“No hay justificación para que las mujeres sigan ganando menos que sus contrapartes masculinos por realizar un trabajo igual”, dijo la asambleísta Peoples-Stokes.
“Estas medidas eliminarán las tácticas que perpetúan salarios bajos y paralizados que perjudican a las familias trabajadoras y proporcionan recursos para que cada trabajador tenga el derecho a recibir una compensación acorde con su experiencia”.
La legislación presentada por la asambleísta Linda Rosenthal (A.658) establecería una política estatal para los empleados estatales para asegurar que se pague la misma remuneración por trabajo igual al eliminar la desigualdad salarial en puestos y clasificaciones de trabajos segregados por género, raza u origen nacional.
“Más de un siglo y medio después de la primera convención de derechos de la mujer realizada en el estado de Nueva York, las mujeres en todas las industrias continúan sufriendo de acoso de género en el trabajo, una brecha salarial significativa y un techo de vidrio persistente que, aunque agrietado, todavía no está roto. De una vez y por todas, debemos decir ‘no’ al menosprecio de las mujeres”, dijo Rosenthal.
