El presidente de la Asamblea, Carl Heastie, anunció que la Asamblea aprobó una ley para prevenir y reducir la violencia con armas de fuego en el estado de Nueva York. El paquete legislativo incluye proyectos de ley que han pasado a la Asamblea en los últimos años, incluido el hecho de mantener las armas fuera del alcance de aquellos que han demostrado que representan un riesgo, prohibir las reservas y crear un programa de recompra de armas ilegales.
“Solo en 2017, unas 40,000 personas murieron por un arma en los EE.UU., 772 de estas muertes ocurrieron aquí en Nueva York. Me niego a aceptar a que ese sea el costo por tener un acceso ilimitado a las armas”, dijo el presidente de la Asamblea Heastie. “La mayoría de la Asamblea tiene un largo historial de lucha para mantener las armas fuera del alcance de individuos peligrosos”.
El paquete legislativo incluye el “Proyecto de Ley Bandera Roja”, que permitiría a un tribunal emitir una orden de protección de riesgo extremo (ERPO, sus siglas en inglés), que prohíbe que una persona que está decidida a ser una amenaza para sí misma o para otros, compre o posea un arma de fuego hasta por un año.
Dos medidas incluidas en el paquete legislativo garantizarán una verificación exhaustiva de los antecedentes de los propietarios de armas de fuego en el estado de Nueva York. También se incluye en el paquete un proyecto de ley que prohibirá a un administrador escolar armar a los maestros u otros empleados escolares en las escuelas de kindergarten a secundaria (K-12) en el estado de Nueva York.
La legislación incluida en el paquete también prohibirá la posesión, fabricación, transporte, envío y la venta de dispositivos como los “bump stocks” que aceleran la velocidad de los disparos de las armas de fuego para que funcionen como las ametralladoras. Asimismo, el paquete legislativo creará el “Programa de recompra de armas municipales”. El programa, que sería administrado por la Policía del Estado de Nueva York, permitiría a las personas denunciar y entregar armas de fuego ilegales. Los participantes serían inmunes a ciertos cargos de posesión criminal y podrían cobrar una recompensa monetaria.
“Cada arma que sacamos de las calles, es una arma que no se puede usar para cometer un crimen. Los programas de recompra de armas han demostrado ser métodos efectivos para mantener a las comunidades a salvo de los delitos perpetrados con armas al alentar a las personas a que entreguen sus armas en el anonimato y sin el temor de ser procesadas”, dijo la asambleísta Linda B. Rosenthal.
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