Los bares y restaurantes en el estado de Nueva York, incluídos los de Long Island, ya no tienen que cerrar el interior de sus locales a la medianoche, una de las últimas restricciones a la hostelería que quedaban vigentes de todas las impuestas para combatir la pandemia del coronavirus hace más de un año.
«Durante el mes de mayo hemos dado grandes pasos para la reapertura de nuestra economía y a partir del 31 de mayo vamos a levantar el toque de queda de medianoche para el servicio interior en bares y restaurantes de Nueva York», confirmó el gobernador estatal, Andrew Cuomo.
La medida, que ya había sido anunciada anteriormente, se suma al fin de la limitación de horarios para las terrazas, que ya se decretó este mismo mes.
Nueva York ha levantado también las restricciones de aforo que han imperado para la hostelería, el ocio y otros muchos negocios como tiendas minoristas, gimnasios y peluquerías, aunque los restaurantes deben mantener la distancia social de 6 pies, a no ser que cuenten con mamparas que aíslen a los comensales.
«Como el resto de hitos de nuestra reapertura, el fin del toque de queda para la hostelería en interiores es el resultado de los neoyorquinos uniéndose, cumpliendo con precauciones y vacunándose, para que podamos derrotar al virus y avanzar hacia una nueva normalidad», señaló Cuomo.
El gobernador anunció también que la tasa de positivos en las pruebas de COVID-19 ha vuelto a alcanzar un nuevo mínimo desde el inicio de la pandemia.
La media de las últimas 7 jornadas se situó en un 0,67 % de positivos, después de que en el último día se llevasen a cabo 71.242 tests con sólo 494 personas que dieron positivo al virus. La tasa de positividad de Long Island, en el mismo promedio de 7 días, es del 0,59 %.
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