En una noche reciente, a la hora de la cena, Betty Rodríguez compartía con amigos y familiares detalles de sus planes para combatir el cáncer de seno, fomentar las mamografías y fortalecer el acceso a la salud de miles de mujeres inmigrantes en Nueva York.
Aunque hoy suena completamente estructurado y corporativo, no ha sido un camino fácil. El corazón de esta colombiana residente en Mineola, en el condado Nassau, es la razón por la cual su cuerpo y su mente hoy se dividen entre su familia de sangre y su familia de amor: un sinnúmero de mujeres que a lo largo de los últimos años han logrado salvar sus vidas tras asistir a las jornadas de mamografías gratuitas que Betty realiza en Long Island y Queens.
Tras más de cinco años en esta gestión, Betty, de 61 años, originaria de Bogotá, Colombia, asegura que sigue mentalizada en utilizar su experiencia como sobreviviente de cáncer de seno para ayudar a otras mujeres que, al igual que ella en el momento de su enfermedad, son indocumentadas.
“Nuestras mujeres necesitan esta ayuda. Necesitan este servicio y no solo la mamografía, sino también el examen de ginecología porque muchas de ellas no saben maniobrar los sistemas de salud en Estados Unidos y es importante detectar todo de manera temprana”, apuntó Rodríguez.
Salvando vidas
Gran parte de su trabajo se resume en salvar vidas. Por eso su hogar se convirtió en el “centro de operaciones logísticas” de este sueño convertido en convicción.
“Ahora tengo dos bebés que están creciendo y estoy muy feliz con eso”, destacó Betty, refiriéndose a la materialización de estos sueños en forma de un libro y una fundación. Ambos enfocados en su trabajo con comunidades vulnerables.
“Este libro que ya está en producción lo escribí durante todo el trayecto de mi tratamiento y aunque no soy escritora, puse ahí lo que mi corazón me decía durante las quimioterapias”, apuntó la líder, quien logró manejar este tratamiento con la ayuda del Medicaid de Emergencia, una alternativa que destaca en su libro y con la cual espera más mujeres puedan encontrar tranquilidad al saber que existen alternativas para aquellos sin cobertura médica.
Betty reconoce que la pandemia del COVID-19 le sirvió para tomar decisiones que había puesto en el armario durante años. “Estos días de encierro me recordaron mi pasión mucho más. La burocracia se maneja mejor cuando hay algo organizado”, dijo. “Por eso me embarqué en mi segundo bebé: una fundación para canalizar ayudas para nuestras mujeres inmigrantes”.
Orgullo colombiano
Es un proyecto que tiene el apoyo de muchos líderes como ella, cuenta. Por eso asegura que este 2021 es un año de mucho trabajo, sobre todo, teniendo en cuenta que, con las restricciones de la pandemia retiradas, la necesidad de volver a juntar a estos líderes es inminente.
“Más aún ahora para el 20 de julio porque es importante que los colombianos y todos los latinos nos volvamos a reunir para seguir trabajando por nuestras comunidades”, explicó Betty, quien está a cargo de la celebración de la Independencia de Colombia que anualmente se realiza en el edificio de la Legislatura en el condado Nassau.
“Este es el momento perfecto para continuar realizando eventos que realcen nuestras raíces y no olvidarlas. Inculcarles a nuestros niños, a nuestros jóvenes, la importancia del lenguaje y el orgullo de ser latinos viviendo en Estados Unidos”, concluyó.
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