Salvo sorpresa mayúscula, Brasil, ubicada en el grupo «E» junto a Suiza, Costa Rica y Serbia, será una de las selecciones que deberían clasificarse para los octavos de final del Mundial de Rusia 2018, donde Neymar espera dar un puñetazo encima de la mesa para disputar el trono a Cristiano Ronaldo y a Lionel Messi.
Sin duda, Brasil será el rival a batir en un grupo aparentemente asumible para el combinado que dirige Adenor Bacchi ‘Tite’. Es el favorito indiscutible. Suiza podría ser su mayor obstáculo, mientras que Serbia y Costa Rica intentarán sorprender.
El combinado sudamericano tendrá la oportunidad de arreglar la vergüenza que sufrió en el Mundial que organizó en 2014, cuando, después del Maracanazo de 1950, sufrió su mayor varapalo con una goleada muy dolorosa en semifinales ante Alemania. Aquel 1-7, el Mineirazo, escoció mucho y Brasil, ahora más renovada, quiere olvidar aquel día humillante.
El camino de la «Canarinha» hacia el Mundial ha sido plácido. Con 41 puntos de 54 posibles en la fase de clasificación, lideró con garantías su zona para alcanzar una fase final en la que intentará ganar su sexto trofeo.
Esa fiabilidad llena de regularidad tiene un nombre propio por encima del resto: Neymar. El jugador del París Saint Germain ya es una auténtica realidad. Hace cuatro años era un futbolista referente a nivel mundial, pero necesitaba más responsabilidad. Después de salir del Barcelona, la está adquiriendo en Francia.
Allí es la cabeza visible de uno de los mejores equipos de Europa y liderará a una selección en la que le acompañarán otros jugadores de renombre como Gabriel Jesús, Willian, Casemiro, Marcelo, Dani Alves o Coutinho. No es el combinado temible de España 1982 o de Brasil 1970, pero dará guerra.
Helvéticos Aspirantes
Uno de los equipos que tendrá enfrente es Suiza. El cuadro helvético es el aspirante del grupo E. Firmó una clasificación casi perfecta, pero una derrota en Lisboa ante Portugal la condenó a jugar la repesca, que ganó a Irlanda del Norte gracias a un tanto de Ricardo Rodríguez.
El cuadro helvético se ha apuntado a casi todas las grandes citas de la última década. Sumará su cuarto Mundial consecutivo y sólo se perdió la Eurocopa de Ucrania y Polonia de 2012. Su reto, con figuras como Shaqiri, Xhaka, Lichteiner o Seferovic, será superar los cuartos de final de 1954.
Suiza tendrá a Serbia como una gran competidora por la segunda plaza. La selección balcánica dejó sin Mundial a Gales y a Gareth Bale, que verá la competición por televisión después de sucumbir ante el fútbol recio de Serbia, que cuenta con un bloque sólido con algún jugador notable.
Sobre todo Nemanja Matic (Manchester United) y Aleksandar Kolarov (Roma), que aportarán un toque de clase a un equipo que, pese a clasificarse para el Mundial, su primera gran competición en ocho años, prescindió de su entrenador Slavoljub Muslin. Su sustituto, aún no se sabe si eventual, es Mladen Krstajic, que intentará formar un bloque competente.
Teóricamente, la ‘cenicienta’ del grupo será Costa Rica. El equipo de Keylor Navas y de Joel Campbell parece el invitado más débil a la fiesta de Brasil. Sin embargo, los hombres de Óscar Ramírez tienen capacidad para dar la sorpresa.
Así lo hicieron en el anterior Mundial, en el que fueron uno de los equipos revelación. Costa Rica fue el líder del ‘grupo de la muerte’ y participó en la eliminación prematura de Inglaterra e Italia. Después, dejó atrás a Grecia en octavos y sólo los penaltis y Holanda les dejaron sin semifinales.
Han pasado cuatro años y los «ticos» tienen otro reto mayúsculo en un grupo menos complicado que en el anterior Mundial pero con una dificultad seria. Los octavos de final, a priori, tienen un nombre escrito, que es Brasil. Después, hay tres candidatos que esperan seguir adelante en la competición con permiso del pentacampeón.
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