En tiempos de pandemia hay ayuda contra las enfermedades cardíacas. Cuando hace malabarismos con la familia, la carrera, la educación y otras responsabilidades, puede parecer imposible hacer de sus propias necesidades nutricionales una prioridad.
Este fue el caso de Myrna Aguilar, una madre soltera que siempre anteponía las necesidades de su hijo, incluso al descuido de su propia salud.
Cada año, cerca de su cumpleaños, Myrna visitaba a su médico para un examen físico de rutina en el que todo «parecía estar bien», hasta una visita en particular.
«Es posible que desee comenzar a hacer las cosas de manera diferente», sugirió su médico. Con antecedentes familiares de enfermedades cardíacas que se avecinan, estas amables palabras fueron toda la motivación que Myrna necesitaba para hacer cambios permanentes.
La enfermedad cardíaca cobra la vida de más de 400.000 mujeres cada año, aproximadamente 1 por minuto. Eso es aproximadamente lo mismo que las siguientes tres causas más comunes de muerte combinadas.
La buena noticia es que tiene el poder de reducir drásticamente su riesgo, y una dieta rica en una variedad de verduras y frutas, proteínas magras, grasas saludables y cereales integrales es su primera defensa contra la aparición de colesterol alto, presión arterial alta y cardiopatía.
A medida que comience a establecer metas nutricionales para usted y su familia, recuerde que comenzar con cambios pequeños pero consistentes puede marcar una gran diferencia a largo plazo.
Un adulto que consume 2000 calorías diarias debe aspirar a:
– Frutas y verduras: al menos 4,5 tazas al día.
– Pescado (preferiblemente pescado azul, como el salmón): al menos 2 porciones de 3.5 onzas a la semana.
– Granos integrales ricos en fibra: al menos 3 porciones de 1 onza al día.
– Frutos secos, legumbres y semillas: Mínimo 4 porciones semanales, optando por variedades sin sal siempre que sea posible.
Otras medidas dietéticas a seguir son:
– Sodio: menos de 1500 mg al día.
– Bebidas endulzadas con azúcar: intente consumir no más de 450 calorías por semana.
– Carnes procesadas: no más de 2 porciones a la semana.
– Grasas saturadas: no debe representar más del 7 % de su ingesta total de calorías.
Es posible que desee llevar un diario de alimentos de todo lo que consume, incluidas las bebidas y los bocadillos. Verlo escrito es una manera fácil de identificar fuentes de calorías con alto contenido de azúcar y grasas que debe reducir o eliminar por completo.
Además, si no lo ha hecho antes, tómese el tiempo para familiarizarse con las etiquetas de nutrición alimentaria estándar. Es posible que se sorprenda por el sodio, los azúcares y las grasas ocultos en los alimentos que considera saludables.
– Cortesía de American Heart Association