Una mañana de octubre en 2018, dos días después de regresar de unas vacaciones en Europa, Lorena Llano se sentó con su esposo a desayunar. Notó de inmediato un adormecimiento en sus manos y pies. Le contó a su esposo. Ambos pensaron, «es el cansancio del viaje».
Dos días después la escena se repitió. Llano se apresuró donde su internista. Presentía que algo no andaba bien. Al llegar esto, que parecía ser una simple visita, se convirtió en el primer aviso de lo que sería una tormenta de malas noticias.
«Mi médico me dijo que creía que era el cansancio del viaje, pero me recomendó hacer unos exámenes de laboratorio por precaución», recuerda Llano, quien, destaca que, al salir del consultorio, el médico la llamó nuevamente. «Me dijo, ven, ven, ven, ¿por qué no te haces la mamografía?».
Esa frase se convirtió en un antes y un después en su vida. Tras varios examenes su mayor temor se confirmó: cáncer de mama.
«Nunca se me olvida que estaba sentada en la cama cuando suena el teléfono y me dicen, ¿es usted María Lorena Llano?. Confieso que solo recuerdo escuchar tres veces la palabra cáncer», apunta Llano, madre de una hija, quien de inmediato asegura que, «yo me derrumbé. El mundo se me vino encima en cuestión de segundos».
Lucha por vivir
Llano considera que al iniciar su tratamiento su cuerpo y mente se conectaron con una paz, que según explica, era necesaria para sobrevivir. Se armó de valor y pidió una mastectomia, un proceso en el que el cirujano extirpa toda la mama, pero deja intacto el pezón y la areola, sin embargo, en su caso debieron remover todo.
De ahí en adelante su lucha por vivir se avivó con un tratamiento medicinal que hace parte de su vida diaria. Un tratamiento que, además de una pastilla de Tamoxifen diaria, incluye una píldora de amor por otras mujeres sobrevivientes, especfiicamente en su natal Colombia.
Comunidad de sobrevivientes
A través de frases en pedazos de papel, Llano plasmó su proceso. Poco después su idea se materializó en camisetas, que pensadas en un principio para familiares y amigos, terminó convirtieendose en la bandera de su organización Stronger Than We Know, una comunidd virtual y presencial de sobrevivientes de cáncer y aliados que ya tiene más de 2600 miembros en Instagram, y que sirve de ancla para recolectar fondos para ofrecer prótesis a mujeres víctimas de este cáncer.
«Mi legado es poder ayudar a las mujeres en Colombia que lo necesitan. Es mi país. El que me dio la vida y por el que tengo también que agradecer», afirma Llano. «Estamos por todo Colombia regalando y donando prótesis para quienes no tienen los recursos para hacerse una reconstrucción».
Si quiere encontrar más información puede seguir su cuenta en Instagram: Stronger Than We Know.
