El boxeo volvió a vivir una noche especial con la gran pelea que ofrecieron sobre el cuadrilátero el campeón invicto kazajo Gennady Golovkin y el mexicano Saúl «Canelo» Álvarez, pero que también tuvo como protagonista negativa a la jueza Adalaide Byrd.
Mientras que Golovkin y Álvarez completaron los 12 asaltos que habían sido pactados para la defensa del título del peso mediano, versiones Federación Internacional de Boxeo (FIB), Asociación Mundial (AMB) y Consejo Mundial (CMB), con intercambios de golpes permanentes que mostró lo igualada de la pelea, Byrd lo vio todo diferente.
Cuando llegó la hora de conocer la puntuación de su cartulina, el anuncio de 118-110 puntos a favor de Álvarez, hizo que los 22.358 que llenaron los asientos de las gradas del T-Mobile de Las Vegas explotasen con un abucheo ensordecedor.
La protesta de los aficionados fue a más tras el anuncio del segundo juez, Dave Moretti, al que le leyeron la cartulina y vio como ganador a Golovkin (115-113), mientras que el tercero en discordia, Don Trella, dejó escrito un empate (114-114).
Una vez más, el escándalo estaba asegurado, sin importar que la pelea había sido histórica por la entrega de ambos púgiles, que al recibir el veredicto final de «combate nulo», no dejó satisfecho a ninguno de los dos después de haber completado una gran labor en favor del boxeo tras el «fraude» y «robo» de la farsa montada por Floyd Mayweather júnior y Conor McGregor.
Mientras Golovkin no quiso comentar el veredicto, con una salida diplomática: «No tengo nada que ver con la decisión de los jueces, me limito a darlo todo en el cuadrilátero», Álvarez aseguró que él había sido el ganador, al menos en ocho asaltos.
«No me hizo nunca daño con sus golpes y lo tuve varias veces tocado. Estoy listo para la revancha si tiene que darse y también para ganarla», anunció el «Canelo».
Dan Explicaciones
Pero los que sí tuvieron que salir a dar explicaciones de inmediato a los periodistas por el escándalo de la votación fue el presidente ejecutivo de la Comisión Atlética de Nevada, Bob Bennett, y el promotor de la velada y representante de Álvarez, Óscar De La Hoya, dueño de Golden Boy Promotions.
Bennett trató de ‘maquillar’ el grave error cometido por Byrd, a la que definió como una buena juez, pero que se había equivocado.
«Adalaide desde mi punto de vista es una grandiosa juez. Ha hecho más de 115 peleas de campeonato, ella ha hecho gran trabajo en nuestro entrenamiento, desafortunadamente no tuvo un buen día. Vio una pelea muy diferente a los otros jueces. Eso pasa alguna veces», explicó Bennett.
A De La Hoya, que vio como ganador a Álvarez en siete de los 12 asaltos, también le tocó reconocer que la puntuación de Byrd no tenía justificación y le había hecho un gran daño al boxeo.
«Lamentablemente cuando esta noche tendríamos que hablar de la gran pelea que han protagonizado tanto Golovkin como Álvarez, ahora todo el mundo está hablado del veredicto y la puntuación de Byrd», subrayó De La Hoya.
«Pensé que era una pelea cerrada, y aunque no soy juez no entiendo la puntuación de 118-110 a favor de Canelo», comentó.
FINAL STATS: @GGGBoxing was busier but @Canelo landed the higher percentage of power shots @HBOboxing #CaneloGGG pic.twitter.com/YvSvRQHCmh
— CompuBox (@CompuBox) 17 de septiembre de 2017
¿Habrá Revancha?
De La Hoya confirmó que en el contrato estaba asegurada la revancha si Golovkin ganaba, no así si el vencedor hubiese sido Álvarez, que no tenía obligación de dársela, y ahora con el nulo tendrán que negociarla, pero se mostró confiado que se «dará».
En especial después de las ganancias que ha dejado la primera con más de 30 millones de dólares de taquilla y de dos millones de personas que compraron la pelea para verla por la televisión de pago, con un precio de 80 dólares cada uno.
Mientras que las bolsas de Golovkin (37-0-1, 33 nocáuts), todo un campeón invicto, que hizo su decimonovena defensa del título, la segunda más larga en la historia del boxeo, y de Álvarez (49-1-2, 34 triunfos por la vía rápida), no superaron los ocho millones de dólares combinados.
Álvarez recibió cinco millones de dólares y Golovkin se llevó otros dos garantizados, al margen del porcentaje de los ingresos de la televisión de pago.