Pocos saben que la gran presentadora de televisión que ven todos los días a través de «Un Nuevo Día» por Telemundo, Stephanie Himonidis, mejor conocida como «Chiquibaby», tiene muy arraigadas sus raíces neoyorquinas.
Chiquibaby goza de una gran popularidad entre la audiencia latina de la ciudad. De melena rubia y sonrisa rápida, la también locutora de radio es un orgullo de Queens.
Su pasión por el entretenimiento, la versatilidad y el trabajo duro le ha dado sus frutos, y en entrevista exclusiva, Chiquibaby no solo nos habló sobre sus orígenes en Nueva York y su trabajo en «Un Nuevo Día», también compartió la emoción por su programa radial ‘El Show de Chiquibaby’, y la razón por las que las redes la «molestan».
¿Porque te dicen Chiquibaby?
Mi carrera comenzó en radio y en Estados Unidos aparentemente todos los locutores tienen un apodo; entonces cuando yo comencé mi demo traía una frase que decía `Chiquibaby` y el productor decidió ponerme la Chiquibaby. Siempre dijeron que como estoy chaparrita y era las más jovencita de todos los locutores (risas). Ya llevo mucho tiempo con ese apodo y así se ha traducido hasta la televisión.
¿También en la televisión te funcionó?
Si, sin duda, siento que la gente se identifica más, es muy `catchy`. A la gente se le hace curiosito. No tengo problema si alguien me llama por mi nombre o por mi apodo, para mí es igual… soy la misma (risas).
Eres mexicana de nacimiento, sin embargo tienes raíces griegas neoyorquinas.
Soy nacida en México pero mi apellido es griego. Mi papá es nacido en Queens, New York, en Jamaica. Yo viví en Nueva York cuando estaba pequeñita y ¡me encanta! Yo iba a Nueva York unas tres veces al año cuando mis abuelitos vivían, pero tengo todavía familia en Queens, en Long Island y Nueva Jersey. Creo que un pedacito de mi corazón está en Nueva York, incluso cuando habló ingles me salen las palabritas (acento) neoyorquino.
¿Cómo es tu trabajo en «Un Nuevo Día»?
La estoy pasando muy bien, estoy aprendiendo todos los días, mis compañeros son lo máximo. Me llevo muy bien con ellos y me da gusto ir a trabajar todos los días. Creo que es un privilegio tener la oportunidad de estar detrás del micrófono, de una pantalla de televisión. Yo estoy haciendo el trabajo que siempre quise, así que lo disfruto al máximo. Lo más difícil es llegar todos los días preparada y comprometida con lo que vas a decir.
¿Con quién de tus compañeros te llevas mejor?
Es difícil decirte un nombre. Creo que con la que más he convivido es con Rashel (Díaz), porque incluso afuera del trabajo vamos a hacer ejercicio, y con la que más he convivido profesionalmente y a quien admiro mucho. Pero con (Héctor) Sandarti -que era alguien con quien no había compartido anteriormente- si hice clic luego, luego, porque viene de la escuela de México y nos entendemos muy bien. Pero también con Adamari. Dependiendo de la plática, dependiendo del momento, de cada uno he aprendido. Creo que todos tenemos una dinámica bien bonita y nos hemos sabido respetar y admirar en cada una de nuestras virtudes. No tengo nada más que palabras bonitas.
¿Qué sientes que es lo más sorprendente del programa matutino?
Es un pequeño Latinoamérica en el programa porque aquí ves gente de todas partes. Todos los días aprendo algo nuevo (de cada país) que realmente no sabía.
¿También eres la presentadora y productora ejecutiva del programa de radio sindicado «El Show de Chiquibaby»?
Mi carrera de radio tiene más de 16 años. El show de Chiquibaby es un show que produzco yo todos los días con nuevo contenido y ya expandí mi show a Miami. El show está hecho para estaciones terrestres pero también me pueden escuchar por Spotify.
¿Te podemos escuchar en Nueva York?
No tengo una estación en Nueva York todavía pero me pueden escuchar a través de las plataformas digitales. También pueden buscar en la APP en ITunes el show de Chiquibaby. No es un show de entrevistas pero es un show de contenido y hablamos de lo que está en tendencia, de lo que la gente está comentando. Es un programa como de Revista en donde estoy con dos compañeros y hablamos de todo, hasta cosas de pareja, de salud. Es un programa muy variadito.
¿Cómo logras balancear televisión, radio y vida personal?
No paro en todo el día y duermo poco, pero es parte de mi trabajo y lo hago con mucho cariño.
Con tanto trabajo también necesitas el apoyo de tu pareja… ¿Qué representa tu esposo para ti?
Valoro el hecho de que él me ha apoyado desde el principio. Creo que ha sido de las personas que más ha creído en mí profesionalmente. Es una persona muy segura y siempre me ha dado su apoyo. Si no fuera por el a lo mejor no estaría aquí. Ya vamos a cumplir seis años de casados y entendemos las necesidades de cada uno. En esta carrera es difícil encontrar a alguien que te entienda. No somos personas normales los que nos dedicamos a la radio y la televisión, y mi esposo lo entiende porque también trabaja en medios y eso ha sido de vital importancia para mí.
Ambos trabajan juntos en el programa de radio… ¿Cómo logran balancearlo con la parte personal?
No es imposible. No es fácil, pero lo más importante es cuando terminas de trabajar hay que tratar de desconectar un poco del trabajo; porque si no terminas hablando del trabajo fuera del trabajo y puede ser muy agobiante. Es importante encontrar un balance.
¿Qué sientes que es lo que más te presiona de tu trabajo?
Creo que hay más presión por la gente en las redes sociales que en la tele. Las redes son las que más nos presionan a vernos bien. Si subes una foto y el vestido tiene una arruguita, ya te están felicitando porque tienes tres meses de embarazo. ¡Es una cosa increíble! Pero no es la tele, son las redes sociales que nos acaban (risas).
¿Te afecta lo que se dice en las redes?
A mí me cae gorda la gente que es tan `hater`, más los que son ofensivos. Creo que no somos monedita de oro y no siempre le vas a caer bien a todo el mundo. No es que me moleste que la gente tenga puntos de vista u opiniones diferentes, me molesta cuando la gente es ofensiva, contra mí o contra cualquier persona. Si, a veces (las redes), me molestan, pero creo que estoy aprendiendo a que no me afecte. Una cosa es que me moleste que haya gente tan negativa en el mundo o que tenga tanto odio en su corazón, que tenga que utilizar palabras despectivas, pero igual trato de que no me afecte.
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