Celebrar a mamá es sinónimo de fuerza y alegría, y las mamás siempre están presentes con un corazón bondadoso y dispuesto.
La organización sin fines de lucro Círculo de la Hispanidad rindió homenaje a 42 mujeres de nuestra comunidad en un emotivo evento del «Día de la Madre», donde cada una ellas brilló con su historia de superación personal pero sobre todo con sus grandes historias de amor por sus hijos.
Cada mamá en esta celebración también tiene una historia propia de inmigración a los Estados Unidos, un testimonio de resilencia en el nuevo país que ahora le brinda mejores oportunidades a ellas y sus familias.
Por esta razón, y aprovechando el 42 aniversario del Círculo de la Hispanidad, se eligieron a la misma cantidad de mujeres de Long Island para reconocerlas por su lucha incansable.
La reunión especial llevada a cabo el 6 de mayo en la escuela elemental Lindell, en Long Beach, también fue propicia para presentar el talento de los niños estudiantes de los diferentes grados de la escuela Evergreen, quienes subieron al escenario para demostrar sus dotes artísticas y deportivas en honor a mamá.
Superando cirujías
Entre las homenajeadas se encontraba la mexicana Laura Gómez, quien tiene dos hijas y según nos dice, ellas son muy especiales.
«Para mi es una bendición ser madre de mis dos hijas. Andy, la mayor desde muy chiquita demostró ser muy independiente, pude entrenar sus alitas y ahora está lista para volar», afirma Laura en referencia a su hija Andrea Ramirez quien cuenta con un máster en consejería de educación.
«Por el otro lado, tengo a mi hija menor que a pesar de tener 21 años de edad por su condición del Síndrome de Potter, es como una niña de 12 años. Los retos con ella han sido más grandes porque con este síndrome afecta algunos órganos como el corazón, los riñones y los pulmones», indica Laura sobre su hija Gaby.
«Mi niña estuvo muy enferma por mucho tiempo en el hospital, tenía 18 especialistas solo para ella. Cuando era pequeña recibió 3 cirugías en México, eso nos llevó a buscar otro tipo de ayuda, así vinimos a EE.UU., por recomendación de su pediatra en México, y aquí se interesaron por su caso».
«Mi niña lleva más de 12 cirugías en sus pies y para mi nunca he sentido la carga porque hasta ahora Dios nos ha sustentado. El reto más difícil es cuando mi hija Gaby se tiene que enfrentar a las cirugías, experimenta mucho dolor pero le ha ayudado a caminar mejor», cuenta mamá Laura.
«He tenido que dejar mi trabajo pero doy gracias a Dios por el esposo que tengo quien trabaja fuerte para sostener a la familia. El tiempo que tenga a mi hija en este mundo la voy a disfrutar. Amo a mis hijas y quiero que sean felices con lo que tienen y agradecidas», señala.
«A las madres les digo que tomen las fuerzas de Dios para ser el pilar y la fortaleza en donde sus hijos se sostienen cuando uno a veces siente que las fuerzas se van. Cuando uno los voltea a ver a ellos y ve sus ganas de vivir, te das de cuenta cual es tu propósito de vida, vale la pena integrarse la mundo con los retos que traen nuestros hijos. A Dios las gracias por usarme como mamá de mis hijas», remarca la señora Gómez.
Amorosas y resistentes
A su vez, la salvadoreña Cristina Mazariego viuda de Soto, una de las inmigrantes homenajeadas por el Círculo de la Hispanidad, nos comparte su historia de sacrificios.
«Soy madre de 7 hijos, 4 mujeres y 3 varones, todos mis hijos se encuentran aquí en los Estados Unidos, pero no fue fácil, crucé la frontera con hija menor y me entregué a Inmigración», recuerda.
«Mi esposo murió de cáncer en los pulmones. Agradezco a Dios que cuando mi esposo murió mis hijos estaban grandecitos. Pero el reto fue difícil porque no sabía que hacer sin mi esposo. Cuando él estaba vivo nosotros éramos agricultores y esa experiencia de recoger leña me ayudó a sostenerme mientras creaba el plan para venir a EE.UU.».
«A pesar de la barrera del inglés me enfoqué a trabajar duro para traer a los hijos que quedaron atrás en El Salvador. No es fácil venir en el camino pero Dios siempre estuvo conmigo hasta el final, hasta lograr tener a mis 7 hijos juntos, aquí conmigo luchando por una mejor vida», enfatiza mamá Cristina.
Otra de las galardonadas por el Círculo de la Hispanidad es la panameña Aurora Solano quien agradece la oportunidad que Dios le brindó de ser mamá.
«Ser madre soltera me abrió los ojos, porque me ayudó a tener otra perspectiva de la vida. Me enseñó a no ser egoísta, ya no trabajaba para mi sino para dos. Para sacar adelante a mi hija, nosotras hemos pasado por todo, cuando sucedió lo del 9/11 (en 2001) trabajaba en la tienda Century 21 frente a las Torres Gemelas. Después, junto a mi hija sobreviví a la tormenta Sandy cuando ella tenía 15 años».
«Ahora con el COVID-19 también sobrevivimos. Gracias al Todopoderoso estamos vivas, Dios tiene un propósito para cada una de nosotras», menciona mamá Aurora.
«Me siento orgullosa porque la saqué adelante sola y ahora mi hija es una mujer productiva, trabajadora y honesta. Este fin de semana la pasamos súper en un crucero de las rosas por el Día de las Madres».
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