Con una deuda mayor a los 500 mil dólares, el dominicano Emmanuel DeJesus, está luchando día a día para mantener a su amado café en Bed-Stuy, Brooklyn, abierto y seguir proveyendo para su familia.
“La deuda que adquirí abriendo el negocio pensé que iba ir pagando en el día a día, pero con la pandemia, se ha ido acumulando más y más y no se ha podido pagar la deuda previa”, confesó a nuestro medio DeJesus.
Como el primero de su familia en ser dueño de negocio en la ciudad de Nueva York, DeJesus, abrió Furman’s Coffee hace cuatro años con la ilusión de conservar una tradición familiar viva, ya que creció y trabajó en la plantación de café de su abuela en República Dominicana. Su madre decidió mudar a la familia por una vida mejor y el sueño americano a la ciudad de Nueva York a principios de los 90.
Desafortunadamente, Furman’s Coffee, al igual que casi tres cuartas partes de las pequeñas empresas propiedad de minorías de la ciudad de Nueva York, temen verse obligadas a cerrar sus negocios de forma permanente si no reciben un alivio financiero inmediato, según una encuesta realizada a cientos de pequeñas empresas propiedad de minorías, por la organización sin fines de lucro LISC NYC; una nueva señal de que la perspectiva de recuperación económica para las pequeñas empresas sigue siendo sombría.
“Llevamos cuatro años abiertos. El último año que estuvimos abiertos los números estaban dirigiendo muy positivo, pero en febrero del 2020 vino un cambio bien drástico en el tráfico de clientes que entraban a la cafetería”, explicó DeJesus sobre el inicio de la pandemia. “Hemos estado ofreciendo ‘delivery’ pero una de las cosas que nos afectaron mucho, es que muchos de los clientes se mudaron y la clientela simplemente no ha regresado. No sé si eso regrese a la normalidad porque la gente está trabajando desde casa”, agregó.
Emmanuel DeJesus trabaja cerca de 90 horas semanales debido a que tuvo que despedir a varios empleados a consecuencia de la pandemia y su situación se agrava cada día, mientras cría dos hijos y es el único sostén de la familia.
“Ver tantas de estas pequeñas empresas propiedad de minorías al borde de la quiebra debería ser una gran preocupación para cualquiera que espere una recuperación económica en el corto plazo”, dijo Valerie White, directora ejecutiva de LISC NYC, organización que ha defendido a las pequeñas empresas propiedad de minorías de la ciudad de Nueva York desde el primer día de la pandemia, recaudando y desplegando fondos para apoyar la supervivencia de muchas de estos negocios.
«Estas empresas constituyen la columna vertebral de las comunidades de la ciudad, y si estas pequeñas empresas no sobreviven a la pandemia, innumerables sitios comerciales y vecindarios de la ciudad de Nueva York seguirán sufriendo», añadió.
Según LISC, de las pequeñas empresas propiedad de minorías casi 1 de cada 5 espera cerrar en los próximos tres meses sin un alivio financiero inmediato, y un 90% espera cerrar en los próximos seis meses.
DeJesus está contemplando cerrar sus puertas, aunque quiere aguantar unos meses más para ver si su negocio puede permanecer abierto para seguir proveyendo de comida, ropa y otras necesidades básicas a sus seres queridos.
“Todo depende de lo que pase en los próximos cuatro o cinco meses. Si yo veo que no recibo la ayuda adecuada del gobierno entonces me voy a ver forzado a tener que cerrar las puertas”, dijo.
A medida que la ciudad reabre poco a poco, las pequeñas empresas propiedad de minorías no esperan mejoría en los próximos seis meses, encontró la encuesta, lo que puede deberse al hecho de que 4 de cada 10 empresas propiedad de minorías no recibieron asistencia de PPP (Programa de Protección de Pagos).
“A mí me dijeron que como el negocio no estaba en los números positivos, que nosotros no calificábamos para ayuda del gobierno”, recordó DeJesus. “Ya llevamos como 14 o 15 meses de la pandemia, y si restamos eso, solo estuvimos abiertos dos años y medio, allí era cuando el negocio estaba empezando a subir.”
Actualmente, el empresario hispano se está apoyando en el distrito de negocios de Bed-Stuy (BID), el cual lo está ayudando a aplicar para los fondos. De acuerdo con DeJesus, el BID lo está haciendo para un grupo de negocios, aumentando la posibilidad de que reciban dinero federal.
“Para ser sincero, creo que esa ayuda ha llegado bastante tarde para muchos negocios. En el caso mío, no sé qué tanto usaran ese dinero y como lo van a usar para llegar a los negocios que ahora mismo han podido sobrevivir”, señaló DeJesus. “Tengo entendido que muchos de los primeros fondos que saco el gobierno, se fueron a las compañías y corporaciones grandes, y los pequeños negocios, la mayoría en Nueva York, han quebrado. Creo que eso tiene que ver con los pequeños negocios no tener el respaldo y la voz para poder destacarse”.
El propietario hispano también explica que la manera en que los recursos están diseñados no facilita el entendimiento de una persona que este emprendiendo un negocio pequeño, sino que están enfocados en las corporaciones.
“Los recursos están allí, hay muchas aplicaciones que no se entienden. Hay un sinnúmero de cosas que uno no está familiarizado con ellas y se hace bien complicado”, se lamentó.
“El hecho es que existían grandes desigualdades mucho antes de que comenzara la pandemia para estas empresas, por lo que es crucial que los funcionarios electos y las partes interesadas den prioridad a estas empresas si queremos dar la vuelta a esta crisis económica”, enfatizó White.
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