Recientemente la concejal del Pueblo de Hempstead, Erin King Sweeney, nos envió la siguiente “Carta al Editor” manifestando su preocupación sobre el tema crítico de la calidad del agua en Long Island, enfatizando en la necesidad de obtener mayor apoyo en fondos estatales y establecer nuevas reglas para tratar los contaminantes emergentes que ponen en peligro el suministro para nuestras comunidades.
Estimado editor:
La calidad de nuestra agua potable es de suma importancia para mí como concejal del Pueblo de Hempstead. Representando una circunscripción electoral de más de 100,000 en la costa sur de Long Island, confiamos en la pureza de nuestros pozos y acuíferos para garantizar la salud de nuestras familias y el apoyo de toda nuestra economía.
Como sabrá, el Pueblo de Hempstead es responsable de suministrar agua potable a aproximadamente 37,000 residentes. Habiendo sido diagnosticada recientemente con cáncer y siendo madre de dos niños pequeños, me preocupa mucho la calidad de nuestra agua, ya sea en nuestras aguas de la bahía o en nuestra agua potable.
Los informes de noticias de los últimos años relacionados con contaminantes emergentes como PFOA, PFOS y 1,4 Dioxano han sido motivo de gran preocupación para los residentes y los responsables políticos, y comparto esas preocupaciones. Debemos adoptar un enfoque proactivo para abordar estos problemas.
Simplemente cumplir con los estándares de calidad del agua no es suficiente. Nuestro Departamento de Agua siempre ha trabajado para superar estos estándares y entregar a nuestros residentes el mejor producto posible.
Mientras esperamos el establecimiento formal de estándares para estos compuestos, no nos quedamos sentados sin hacer nada. Estaremos comprometiendo fondos para el diseño de sistemas de tratamiento para estos contaminantes en nuestro próximo presupuesto de capital a fin de estar preparados para construir sistemas de tratamiento apropiados en nuestros sitios de pozos afectados una vez que se establezcan los estándares y se emitan las aprobaciones finales sobre las tecnologías de tratamiento.
También hemos buscado agresivamente oportunidades de financiamiento mediante subvenciones para estos sistemas de tratamiento.
La meta de agua más limpia debe recibir la máxima prioridad, pero las municipalidades locales necesitan la asistencia del estado para lograr esta meta crítica.
El Estado de Nueva York debe trabajar en estrecha colaboración con las autoridades locales de agua como el Pueblo de Hempstead para garantizar que los estándares, plazos y pautas de implementación puedan cumplirse con la ayuda de los fondos de las subvenciones estatales.
Estas subvenciones permitirían un camino más prudente desde el punto de vista financiero, efectivo y realista hacia nuestro objetivo compartido de proteger la salud pública.
El agua más limpia es una meta personal, pero es una que todos compartimos. Confío en que, a través de un enfoque proactivo, continuaremos viendo agua más limpia, menores tasas de cáncer y una mayor conciencia de la importancia crítica de proteger nuestro medio ambiente a medida que avanzamos.
Erin King Sweeney
Concejal
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