Por: Dra. Pamela Siller MD (*)
Hace catorce meses, el mundo tal como lo conocemos cambió, posiblemente para siempre. Las palabras raras se convirtieron en algo común,»Wuhan», «Covid», «Pandemia», se convirtieron en estribillos domésticos. Familias fueron separadas y seres queridos murieron solos. La tos era vista como una posible sentencia de muerte. Nadie sabía cuándo la normalidad volvería.
Pero ahora, a medida que las escuelas y los lugares de trabajo reabren y los mandatos de uso de mascarillas continúan disminuyendo a diario, nos enfrentamos a diferentes desafíos a medida que la vida cotidiana comienza a reanudarse.
Como psiquiatra clínica en Interborough Developmental and Consultation Center (IDCC), una de las organizaciones de salud mental más grandes de Brooklyn, he visto cómo la actual «fase de transición post-Covid» ha traído una variedad de nuevos obstáculos para los niños y los adultos.
En este artículo, me gustaría tocar primero en que formas uno puede identificar situaciones que pueden hacer que ellos mismos o un ser querido se sientan incómodos y ofrecer algunas estrategias que pueden ayudar a que esta transición al mundo Post-covid sea más manejable.
Niños pequeños
Para los niños pequeños, los nuevos entornos y horarios pueden ser muy difíciles. Muchos se han acostumbrado a tener padres en casa porque estaban desempleados o simplemente porque estaban trabajando desde casa y, como resultado, la idea de la separación puede llevar a una ansiedad extrema.
Los niños en edad escolar que se espera que regresen a la escuela después de más de un año de quedarse en casa se enfrentan a cambios desalentadores que incluyen la socialización (reunirse con amigos o enfrentarse a un bully), reorganizar los horarios de sueño que se han invertido y aprender en un entorno de aula (lejos de su cama, televisión, sofá, etc.).
Además, los temores de contraer Covid pueden no haber disminuido significativamente y, de hecho, pueden estar en la mente de los niños pequeños que no entienden que las tasas de positividad han disminuido significativamente.
Adolescentes
Los adolescentes, que pueden comprender más plenamente la magnitud de la pandemia, pueden enfrentarse a una visión del mundo cambiante y un idealismo disminuido, así como a un mayor sentido de su propia mortalidad.
Esto puede agravarse al aprender a vivir con la pérdida de seres queridos. Para aquellos que no pudieron tener éxito académico con el aprendizaje remoto, ponerse al día con las tareas atrasadas durante los años cruciales de la escuela secundaria también puede provocar ansiedad.
Adultos
Los adultos han demostrado tener altas tasas de ansiedad Post-covid. Aquellos a quienes se les ha pedido que se reincorporen a la fuerza laboral o regresen a un entorno de oficina deben enfrentar otros temores y responder preguntas difíciles. ¿Debo vacunarme? ¿Voy a contraer Covid? ¿Debo escuchar al CDC, a los medios de comunicación, a los amigos o a la familia? ¿Debo usar máscara? ¿Quién cuidará de mis hijos?.
Otros pueden tener dificultades para regresar a la escena de un trauma pasado, si se enteraron de la muerte de un ser querido mientras estaban en el trabajo, o se enfermaron mientras trabajaban. Algunos todavía están lidiando con los efectos residuales del Covid-19, los de «largo plazo», que manifiestan síntomas mucho después de que dan negativo en las pruebas de la enfermedad. Otros todavía pueden estar sufriendo la pérdida de familiares o amigos.
Estrategias y técnicas de ayuda
Sin embargo, no importa cuáles sean las circunstancias individuales, todos deben recordar que no están solos. Estamos enfrentando esto juntos, como nación y como mundo. No importa la raza, el color, la religión o el estatus socioeconómico de uno, todos hemos sido afectados y nuestras vidas trastocadas. Por lo tanto, no hay vergüenza en pedir ayuda.
Las agencias de salud mental, como IDCC, pueden proporcionar servicios que apoyen a aquellos que tienen dificultades para navegar la transición post-Covid.
Algunas de las estrategias y técnicas para afrontar la pandemia que puede ayudar a las personas y las familias a manejar este período incluyendo:
– Explicar las transiciones a un nivel apropiado para la edad, y responder a las preguntas que se hacen, de una manera abierta y honesta, lo que fomentará más diálogo y comunicación.
– Identificar algo que le haga a usted o a su hijo tranquilo, como una canción, recuerdo o palabra, a la que pueda acceder mentalmente cuando esté estresado.
– Una serie de cosas que puede hacer cuando se siente abrumado incluyendo:
Distraerse;
Escribir en un diario;
Imaginar una señal de alto en tu cabeza y enfócate en prepararte para el día;
Imaginar una caja cerrada con llave para poner todas tus preocupaciones, para que se abra cuando estés en un estado de ánimo más tranquilo;
Tomarse una ducha o frotarse aceites / loción en su piel para proporcionar calma táctil;
Salir a una caminata/ejercicio para liberar endorfinas;
Hablar con un amigo, confidente o terapeuta de confianza.
– Aprender sobre todas las opciones de una fuente bien informada y probada, y explorar alternativas cuando se enfrente a una decisión para usted o su familia. A menudo, un extraño puede dar una opinión objetiva.
– No hagas más de lo que se siente cómodo. Si comer en un restaurante o volar en un avión causa más ansiedad que placer, no lo hagas. En su lugar, practique en etapas pequeñas. Tal vez comer en un lugar al aire libre puede prepararlo para un eventual regreso al interior de un restaurante.
El miedo es adaptativo y normal. El miedo a fallar nos hace estudiar para las pruebas. El miedo a ahogarnos hace que aprendamos a nadar. El miedo a contagiarnos de Covid nos anima a llevar mascarillas y mantener distanciamiento social.
Sin embargo, cuando el miedo se vuelve paralizante y perjudica el funcionamiento, se convierte en un problema significativo. Recuerde, hay luz al final del túnel, y la ayuda siempre está disponible, solo necesita pedirla.
(*) Pamela P. Siller MD, es la directora de Psiquiatría infantil y adolescente en Interborough Developmental and Consultation Center. Ella está certificada por la Junta en el tratamiento de niños, adolescentes y adultos.
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