Camaleónica, versátil, mundana y aventurera son palabras que se usan para describir a la cantante, compositora y actriz, Cristina Morrison, conocida cariñosamente como la Baronesa del Jazz. La cantautora y productora nacida en Miami y radicada en Nueva York, estrena su tercer trabajo discográfico titulado «Impredecible: Voces de Mujer», su primer disco en español con clásicos del cancionero latinoamericano en arreglos contemporáneos de latín jazz.
Este disco mágico anuncia una profunda interpretación que también es muy iluminadora. El punto de partida es un intento muy exitoso de crear duetos vocales con cinco de las mejores vocalistas femeninas de su generación.
Con Lena Burke establece un marcador temprano de sensibilidad y destreza técnica con el clásico de Pablo Milanés «De Que Callada Manera», cuyas desafiantes armonías e intervalos complicados se comprimen. Sus duetos con la gran Magos Herrera, especialmente «Dos Gardenias», exhiben una calidad tonal brillantemente mezclada y un compromiso articulado. Del mismo modo, sus duetos con Mirella Cesa son tan elocuentes como las canciones cantadas con Bárbara Mendes exuberantes. Mientras tanto, la interpretación de «Sombras», con Consuelo Vargas, es ferozmente apasionada y quizás la gloria suprema de todo el álbum.
En esta entrevista, Morrison destacó, entre otras cosas, las actuaciones conmovedoras de sus compañeros de dúo, iluminando las voces femeninas del género de la música latina, para presentar una música hermosa adornada con emoción y mucha clase.
Descríbenos un poco tu nueva producción musical… ¿Qué puede esperar el público?
Este disco es un homenaje al cancionero latinoamericano de antaño, que nosotros hemos crecido con esa música desde chicos. Un cancionero con temas que todo mundo se los sabe. Gusta mucho porque son versiones y arreglos muy diferentes al tradicional. Lo que hemos hecho es agarrar todos estos temas y traerlos a un momento contemporáneo, con unos arreglos mucho más frescos, más modernos, más hacia el latín jazz. A la gente le ha encantado tener esa identificación y además con duetos femeninos.
¿Cómo fue que elegiste con quien cantar tus duetos?
Primero partí de la premisa de que quería que fueran cantantes que yo conociera y que admirara. También fue como muy orgánico el saber a quién llamar; quería que hubiera un mix entre cantantes de distintos países de Latinoamérica porque quería que fuera un disco latinoamericano. Fue muy lindo compartir el escenario y el micrófono con otras mujeres súper talentosas. Esto es lo que hace a este disco especial.
¿Porque se llama ‘Impredecible’?
Las mujeres somos impredecibles y en general, a mí me gusta mucho eso de impredecible porque, como que es divertido… ¿qué te hace impredecible?, ¿que hace a las mujeres impredecibles?’. Da un cierto fuego a la personalidad, al momento. Las mujeres debemos ser impredecibles, porque que aburrimiento ser predecible. Un poco iba por eso, a darle una connotación positiva, de que es lindo ser impredecible.
¿Cómo surgió tu apodo de La Baronesa del Jazz?
La Baronesa salió de un proyecto de Galápagos de un rodaje que yo hice interpretando a un personaje histórico real. Después de que hice eso, la gente me empezó a llamar Baronesa, me dio ese apodo, y cuando empecé a hacer música, mucho tiempo después, la prensa me empezó a decir La Baronesa del Jazz. Me divierte mucho.
La gente te conoce por tu trabajo actoral, hace unos años tu rol en la obra teatral “El invierno de abril” te valió el Premio ATI a Mejor Actriz… ¿cómo ha sido esta inclinación hacia lo musical?
Desde que estoy en Nueva York, como que la música ha tomado un poco más de importancia dentro de mi carrera. Yo vengo más de un ‘background’ actoral, he hecho cine latinoamericano, teatro, televisión y siento que la música y la actuación van de la mano. Como que me muevo en los dos mundos.
¿Tus vivencias han influenciado tu música?
Como que tengo esa parte muy latina, por mi madre que es ecuatoriana y también norteamericana por mi padre, que era de aquí de Nueva York y yo nací en Miami. Tengo estas raíces muy arraigadas, de las dos culturas, me siento muy bicultural. Dentro de la música están reflejadas mis vivencias. Se ve en los lenguajes y los diferentes tipos de ritmos que he hecho en los diferentes discos.
¿Por cuál sientes que te inclinas más, tus raíces latinas o las americanas?
Seguramente la latina en la parte de pasión, espontaneidad de afecto físico. En ese sentido siento que soy más latina que norteamericana. La parte estadounidense que si siento mucho, es la parte un poquito más pragmática, la parte de se hace lo que se dice, la organizacional, ¡también amo a este país! Tengo los dos lados. Me encantan los ‘pancakes’ pero también el ceviche ecuatoriano (ríe).
¿Sientes que este género musical está tomando fuerza?
Más y más se están abriendo las puertas a ese tema latino porque es una comunidad muy grande dentro de Estados Unidos y dentro de Nueva York. Cada vez hay más espacios, aunque igual uno se los tiene que pelear como cualquier otro artista. Yo soy también mitad americana entonces, no te puedo hablar desde un punto de vista estrictamente latino.
El latín jazz antes como que era más instrumental, y ahora ya hay más vocalistas, un latín jazz cantado. Hay mujeres, no tantas, pero ya hay como que más mujeres, parece que se está ampliando.
«Impredecible: Voces de Mujer» apoya a programas del Plan International, organización mundial para la prevención de violencia e igualdad de género y educación, del cual Cristina es Embajadora y apoya fielmente esta causa con parte de las ventas de este álbum.
Esta producción se presentó a casa llena y ovación en el Ecuador Jazz Fest, Miami y Nueva York, generando importantes críticas de la industria.
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