Entre lágrimas, desolada, sin hallar explicación a lo que le había sucedido, con sus jugadores en el suelo, la selección de Brasil lamentó otro fracaso, eliminada en cuartos de final por cuarta vez en las últimos cinco Mundiales, sin excusas, empatada en la prórroga en el minuto 116 en un contraataque que jamás debió conceder y doblegada en los penales por Croacia, por una parada de Dominik Livakovic y un lanzamiento al poste de Marquinhos.
Ni siquiera el gol de Neymar, en el tiempo añadido de la primera parte del tiempo extra, le bastó a la más campeona de todas, que se sintió entonces ganadora; demasiada concesión cuando enfrente está un adversario como Croacia, que jamás se rinde, que ha jugado cinco prórrogas en sus últimas seis eliminatorias mundialistas, que renació cuando nadie pensaba aún en que el empate era posible, salvo ella, relanzada por el 1-1 de Petkovic.
Croacia expulsó a Brasil del paraíso que disfrutó en los octavos de final, abocado a otro tipo de partido; tan distinto, tan ajeno, en el que no basta con un instante de inspiración, una aparición de Neymar, una carrera de Vinicius, un regate de Raphinha (en el minuto 55 fue cambiado entre la invisibilidad que sufría) o un tiro de Casemiro.
Necesita mucho más. Un plan. Una secuencia. Constancia. Un equipo, un bloque, una estructura, por encima de una individualidad o de un único desborde.
En el primer tiempo, Brasil llegó tarde casi siempre. A cada sector, a cada lance, a cada pugna. Sin el balón. Y con él. Tan extraño en un equipo del talento personal que tiene a sus órdenes Tite.
Cierto que Vinicius propuso un disparo, Neymar deslumbró con algún regate más para el asombro del público que para la victoria -en su afán se reencontrarse con la pelota en zonas de creación, más que en el último tercio, porque ahí apenas entraba en acción-, tanto como que fue su rival quien transmitió que todo estaba más bajo su control.
La primera oportunidad de verdad de Brasil fue en el comienzo del segundo tiempo, cuando Gvardiol despejó hacia su propia portería la única internada hasta entonces, hasta la línea de fondo, de Eder Militao por el lateral derecho.
El arquerazo Livakovic reaccionó como pudo, con el pie, para solventar el compromiso, como también hizo instantes después frente a Vinicius (luego invalidada por fuera de juego) con una parada de altísimo nivel.
El héroe de los penales contra Japón reapareció entonces como la figura de Croacia, cuando también se interpuso ante Neymar. No fue nada buena su definición, como tampoco lo estaba siendo el partido en líneas generales de su equipo, porque, más allá de las oportunidades circunstanciales, tampoco se había apropiado del todo del juego.
En esa destreza, enfrente, Modric tiene un don. Es extraordinario en la circulación de la pelota. Ve más que nadie. Maneja el tiempo como nadie. Y luce como nadie en esa demarcación. No hubo contraposición posible en Brasil.
Ni Casemiro lo contrarrestó. Superada la hora de partido, Vinicius se fue al banquillo prácticamente en el anonimato, apagada toda su dimensión por su rival, cambiado por Rodrygo en el minuto 63.
Más allá de todo, cada partido con Brasil, incluso en una expresión más rebajada, implica el sufrimiento del rival. Es imposible no entrar en modo resistencia en algún momento. O no necesitar las paradas del portero.
Livakovic fue de nuevo salvador frente a Lucas Paquetá, aunque, en la trompicada ofensiva amarilla, la ocasión fue fruto de un rebote, no de una combinación elaborada, cuando los chicos de Tite empezaban a descifrar la salida del laberinto al que lo había empujado Croacia, mientras el cronómetro aceleraba la presión.
Tampoco hubo manera de superar al guardameta croata después, en la primera conexión vertical -en el minuto 76- entre Richarlison y Neymar que el delantero del París Saint Germain estrelló ante la salida del cancerbero, que ya había asumido un papel estelar
Entre el desgaste de Croacia, a la que ya le costaba un mundo irrumpir en el último tercio contrario, y la ofensiva de Brasil, más insistente, más opresiva, pero aun nada concluyente, con un derechazo fuera de Militao, sin posibilidad ya de esquivar media hora de prórroga, la segunda consecutiva para el equipo balcánico. Ni así sucumbió. Ni con el 0-1 de Neymar.
Recién anunciado el minuto de añadido del primer tiempo de la prórroga, surgió la figura del brasileño en su expresión más decisiva, con una doble pared que desbordó a Croacia como no había logrado hasta entonces, en casi dos horas de duelo, para aguantar la pugna con Borna Sosa, sortear al hasta ese momento insuperable Dominik Livakovic y honrar a Pelé, al que alcanzó como el máximo goleador de la historia de la ‘canarinha’, con 77 tantos.
Tampoco así se hundió Croacia, que resurgió del abismo en un contragolpe que concedió Brasil. Incomprensable en el minuto 117, con la ventaja de 0-1, con el partido controlado, con el cansancio de su rival, tal acción, cuando corrió, corrió y corrió Orsic, recién salido al terreno de juego, para encontrar en el medio del área a Petkovic. Su remate con la izquierda superó a Marquinhos y después a Alisson para forzar la definición de penales.
En esta instancia el golero Livakovic paró el primero a Rodrygo, Marquinhos lo estrelló en el poste y Brasil chocó con una realidad inasumible: está fuera del Mundial 2022 que se proponía ganar. Los croatas apagaron su baile.
Así Alinearon
– Brasil 1 (2): Alisson; Militao (Alex Sandro, m. 106), Marquinhos, Thiago Silva, Danilo; Casemiro; Paquetá (Fred, m. 106), Neymar; Raphinha (Antony, m. 55), Richarlison (Pedro, m. 83), Vinícius (Rodrygo, m. 63).
– DT: Adenor Leonardo Bacchi «Tite».
– Croacia 1 (4): Livakovic; Sosa (Budimir, m. 110), Lovren, Gvardiol, Juranovic; Brozovic (Orsic, m. 114), Kovacic (Majer, m. 106); Pasalic (Vlasic, m. 72), Modric, Perisic; Kramaric (Petkovic, m. 72).
– DT: Zlatko Dalić.
– Goles: 0-1, m. 106+: Neymar. 1-1,m. 116: Petkovic.
– Penales: 1-0: Vlasic, gol. 1-0: Rodrygo, para Livakovic. 2-0: Majer, gol. 2-1: Casemiro, gol. 3-1: Modric, gol. 3-2: Pedro, gol. 4-2: Orsic, gol. 4-2: Marquinhos, al poste.
– Árbitro: Michael Oliver (Inglaterra). Amonestó a los croatas Brozovic (m. 30) y Petkovic (m. 117) y a los brasileños Danilo (m. 25), Casemiro (m. 67) y Marquinhos (m. 76).
– Incidencias: Partido de 4tos. de final del Mundial Catar 2022, disputado en el estadio Ciudad de la Educación, ante 43.893 espectadores.
Con información de Iñaki Dufour / EFE
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