El tenista argentino Juan Martín Del Potro, tercero del mundo, accedió a la semifinal del Abierto de Estados Unidos tras vencer al estadounidense John Isner por 6 (5)-7, 6-3, 7-6 (4) y 6-2.
Fue un disputado partido de cuartos de final contra Isner, undécimo cabeza de serie del torneo, en el que ambos profesionales hicieron rugir a la audiencia de la pista principal de Flushing Meadows, azotada de nuevo por las altas temperaturas y la humedad.
En el duelo de semifinales, Del Potro tiene como potenciales rivales al español Rafael Nadal, número uno del mundo, y al austríaco Dominic Thiem, noveno en la clasificación de la ATP, que disputan esta noche su encuentro.
Durante 3 horas y 31 minutos se midieron los dos titanes, tanto en altura -Del Potro, 1,98 metros; Isner, 2,08 metros-, como en ambición: el argentino quería renovar posición en semifinales y el estadounidense debutar en ellas.
El primer set fue de Isner, un jugador con potentes y rápidos saques que llegó a encadenar tres «aces» hacia el final de la manga pese a los derechazos de Del Potro, que forzó un desempate y, aunque lo perdió, dio un adelanto de lo que venía después.
El argentino igualó sin demasiadas dificultades en el segundo parcial a su oponente, que evitó incluso contrarrestar uno de sus saques.
A partir de entonces el calor y el cansancio empezaron a hacer mella en los jugadores, con Del Potro insistiéndole sin éxito al árbitro para cambiarse los pantalones e Isner secándose el sudor constantemente.
A Isner tampoco parecía hacerle sentir cómodo un público en el que estaban presentes los amigos de toda la vida de Del Potro, una ferviente afición que le sigue desde que superó la tercera ronda frente al español Fernando Verdasco.
El estadounidense parecía remontar en la tercera manga pero cada vez acumulaba más errores no forzados -casi cinco veces más que el argentino- y aunque llegó a colocar el marcador en un 3-4 a su favor, Del Potro no se amedrentó y forzó un segundo «tie-break», esta vez inclinando el juego a su favor.
Pasadas las tres horas de partido y tras refrescarse diez minutos gracias a la pausa a la que tenían derecho por la política de «calor extremo» del Abierto, que hoy tuvo que suspender varias horas los encuentros de juniors, llegó el cuarto y decisivo set.
Isner embistió con sus saques y persiguió a un Del Potro que ya se veía vencedor con tres juegos de ventaja, sumando dos juegos que se quedaron lejos de los que acumuló finalmente el argentino (6-2).
El undécimo favorito alargó el trance sabiendo que su rival tenía molestias en la pierna izquierda pero no ocultó su frustración, conteniéndose al perder un punto, tras lo que casi estrella la raqueta en el suelo.
En declaraciones a pie de pista, Del Potro consideró el duelo «épico» y admitió que los dos estaban cansados y lucharon por acceder a la siguiente ronda, por lo que ganar a Isner ha sido «especial».
Explicó que durante la pausa para refrescarse se dio una ducha y se tumbó: «No quería volver, es imposible jugar al tenis con este calor, pero había mucha energía en la audiencia, y aquí estoy», añadió.
«Sobreviví con mis saques en momentos importantes del partido, esa ha sido la única clave», afirmó el de Tandil, que deja los planes con sus amigos para cuando termine su «trabajo», porque si se junta con ellos será «peligroso», bromeó.