La tradición mexicana del Día de Muertos trasciende fronteras y se ha instalado en el corazón de nuestras comunidades en Estados Unidos gracias al trabajo de inmigrantes que preservan y difunden esta rica cultura, sus delicias culinarias, las artesanías y las ofrendas para honrar a los seres queridos que han fallecido.
En Long Island uno de los pioneros en mantener vigente la festividad del Día de Muertos ha sido don Arturo de Jesús, quien con solo 17 años de edad dejó a su querido país México para emigrar a Nueva York cargando su mochila, el sueño de progresar y las inolvidables costumbres aprendidas en su natal Puebla.
Desde ese entonces, De Jesús fue el impulsor de seguir con el tradicional Día de Muertos a pesar de estar afincado en el extranjero, especialmente en el área de los Hamptons, en el condado de Suffolk.
Con el paso del tiempo, él nunca se olvidó de esta gran celebración mexicana y continuó poniendo su ofrenda en su casa, aunque para eso tenía que viajar hasta el condado neoyorquino de Queens para conseguir las artesanías tradicionales primordiales para adornar su altar cada 1 y 2 de noviembre.
Como el sahumerio, uno de los objetos necesarios que se usa para quemar el copal y de esta manera el incienso suelta un aroma especial. Ese olor según la creencia popular es la que guía a las almas en su regreso a este mundo. La flor de Cempasúchil simboliza el Día de Muertos en México, y muestra el camino a la casa de las familias.
Cuando don Arturo abrió uno de sus primeros negocios, De Jesus Deli & Grocery en Southampton, decidió hacer un espacio para traer y vender productos y artesanías mexicanas, especialmente para la temporada del Día de Muertos.
Él viajaba hasta Nueva Jersey y Queens para conseguir todo lo que se necesita en las ofrendas y las vendía en Long Island para que la gente local pudiera conseguir más fácil estos productos.
Entre las cosas primordiales para las ofrendas están la flor de Cempasúchil (Flor de Muerto), los panes artesanales como las hojaldras, el pan de sal, el pan rojo, los rosquetes, los borreguitos de azúcar, también los candeleros y los sahumerios.
Entonces De Jesús decidió empezar a producir en los Hamptons lo que no se podía conseguir aquí.
Y junto a su familia comenzó a cultivar la flor de Cempasúchil y a elaborar los ricos panes festivos que son muy solicitados.
Ahora que el empresario y líder comunitario Arturo De Jesús partió al cielo (falleció en septiembre), su esposa Guadalupe Hernández y sus hijos Arthur, Jeny, Kimberlyn, Ester y Elizabeth prosiguen con su legado cultural y siguen ofreciendo a los clientes en Long Island todo lo mejor para el Día de Muertos al estilo poblano.
Estas delicias culinarias y las artesanías para las ofrendas se pueden comprar en las tiendas DeJesus Deli, ubicadas en Riverhead y Southampton.
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