Un grupo de milicianos que se dedica a apresar inmigrantes en la frontera sur del país fue desalojado por autoridades de Nuevo México, por infringir la ley y haber montado su campamento en una propiedad privada.
Javier Guerra, jefe de la policía de Sunland, Nuevo México, dijo en conferencia de prensa que el grupo fue retirado debido a una solicitud del grupo ferroviario Union Pacific Railroad, propietario de los terrenos y que argumentó que la milicia armada, conocida como «Los Patriotas Constitucionales de EE.UU.», había invadido sus tierras.
Los directivos de Union Pacific Railroad – el segundo más grande de EEUU después del ferrocarril BNSF- determinaron que eran dueños del terreno donde acampaban los milicianos y les advirtieron que tenían 30 minutos para desocupar la propiedad, algo que el grupo armado hizo pacíficamente.
Guerra dijo además que hace dos meses había advertido al jefe del grupo, Larry Mitchell Hopkins, que no podían detener migrantes ni apuntarles con armas.
El jefe de la policía de Sunland se había enterado de la presencia del grupo, conformado por no más de cinco personas, a través de la Patrulla Fronteriza.
Sin embargo, sostuvo, luego de ver los videos el jueves pasado, donde esta milicia detenía a gran cantidad de migrantes sometiéndolos verbalmente y con armas, se percató de que el grupo hizo caso omiso a sus advertencias.
«Fueron en contra de lo que originalmente les había pedido que no hicieran, así que salí y hablé con ellos y en ese momento admitieron que habían detenido a la gente», contó Guerra.
Por tal motivo, según el oficial, la ciudad desarrolló un plan operativo de desalojo para el supuesto caso de que la situación con los miembros de la milicia se intensificara.
La gobernadora de Nuevo México, la demócrata Michelle Lujan Grisham, se pronunció en contra de este grupo y señaló que debían interrumpir sus actividades.
Hopkins fue detenido el pasado sábado en Sunland «por ser un delincuente en posesión de un arma», indicó la oficina del fiscal general estatal.
Su detención se produjo después de que este grupo, que se define a sí mismo como de «autodefensa», publicara en los días previos vídeos en las redes sociales en los que se ve a varios de sus integrantes ordenando a familias migrantes, incluidos niños pequeños, que se sentaran en el suelo mientras llegaban agentes de la Patrulla Fronteriza.
El grupo estableció su campamento cerca de la valla fronteriza y Hopkins había indicado a medios locales esta semana que EE.UU. se ha construido sobre tres pilares: «Dios, armas y agallas».
Este lunes, Hopkins compareció ante el juez instructor de su causa y se declaró no culpable de los cargos a los que se enfrenta por portar armas, alegando que estaba ejerciendo sus «derechos como estadounidense» para ayudar al país.
Hopkins, de 69 años, aseguró a los agentes del FBI que llevan su caso que su grupo de vigilantes había estado entrenado para matar a Obama, a la excandidata presidencial demócrata Hillary Clinton y al multimillonario y filántropo George Soros.
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