Desalojan a jornaleros hispanos en la Villa de Freeport

Desalojan a jornaleros hispanos en la Villa de Freeport
Remueven las viviendas que usaban trabajadores inmigrantes en la «Montaña». (Foto: Noticia)

 

Justo cuando menos lo esperaban y en plena crisis del coronavirus, un grupo de jornaleros hispanos de Long Island fueron desalojados de las precarias viviendas que habitaban en el área conocida como la «Montaña», en Freeport.

En este sitio varios inmigrantes salvadoreños, guatemaltecos y de otros países, pasaban la noche, se preparaban algunos alimentos y se guarecían del peligro del COVID-19, hasta poder encontrar algún trabajo, una tarea casi imposible por ahora debido a la pandemia que afecta a Nueva York y el mundo.

Los jornaleros de escasos recursos económicos vivían desde hace tiempo en la «Montaña» y recibieron este lunes una orden de desocupar el terreno que es propiedad de la Villa de Freeport. Les dieron 72 horas para irse o de lo contrario les advirtieron: «No tenemos más remedio que sacarte de la propiedad», según indicaba un papel pegado en un árbol del lugar.

No hubo tiempo para nada, con suerte algunos jornaleros se llevaron sus ropas, zapatos y cobijas antes de ser desalojados en la mañana del jueves.

Tampoco nadie les dio alguna opción para reubicarlos en albergues locales, ya que en las actuales circunstancias de emergencia sanitaria muchos propietarios en Long Island prefieren no rentar un cuarto por temor a que los jornaleros puedan contagiar el coronavirus.

 

 

«Es injusto por el tiempo que nos dan para irnos», dijo Ariel Mérida, inmigrante guatemalteco que se dedica a limpiar barcos, y es uno de los 12 jornaleros hispanos directamente afectados por el desalojo en la «Montaña», que en realidad es una zona boscosa escondida cerca a las vías del tren de Long Island Rail Road.

«Aquí no hacemos ningún problema, ni nada, solo venimos a dormir, no ofendemos a nadie, no nos metemos con nadie … Ellos solo nos dijeron que teníamos que salir porque era propiedad privada», indica Mérida en referencia a la policía de Freeport que se acercó a dejarles la orden para desalojar.

«No se pudo decir nada a los policías porque muchos de nosotros no hablamos inglés … Dijeron que estábamos invadiendo … para ellos somos unos invasores».

 

Desalojan a jornaleros hispanos en la Villa de Freeport
Aviso del desalojo en Freeport.

Sin casitas ni trabajo

 

«Vamos a ver qué hacemos y a dónde vamos, nos va tocar quedarnos aunque sea debajo de una media carpa para pasar la noche», comenta Samuel García quien también perdió el espacio donde vivía desde hace 4 años tras el inesperado desalojo en la «Montaña».

El jornalero de origen salvadoreño trabajaba en construcción hasta el pasado mes de diciembre pero ahora con el avance del coronavirus no ha logrado encontrar empleo.

«Tengo amigos que van a pararse en Home Depot (almacén en Freeport) a buscar trabajo pero con éste virus nadie les da nada», señala García que camina protegido con mascarilla para evitar el contagio del COVID-19. Él afirma que en sus vecinos jornaleros no hay ninguna persona infectada y solo conoce de un paisano suyo, de Santa Ana, quien vive en el condado de Brooklyn y sí dio resultado positivo.

Por su parte Narciso Cruz, otro jornalero morador de la «Montaña», dice «el desalojo de las casitas de campaña que teníamos nos afecta mucho porque ahorita no hay trabajo y más con esta enfermedad (virus) que está molestando qué podemos hacer, no tenemos nada, sólo sobrevivir».

A causa de la pandemia a él le suspendieron los oficios que desempeñaba en pintura, instalación de paredes, techo y baño. «Hago de todo un poco pero me quedé sin trabajo, por eso nosotros hacemos estas casitas en el monte porque no hay otro recurso», indica Cruz que vino hace 14 años a Estados Unidos procedente de El Salvador.

«Aquí no hay perdón para nadie, no nos consideran nada a los inmigrantes», se lamenta.

 

El Tráiler de Freeport

 

Para los jornaleros centroamericanos desalojados de la «Montaña» la única fuente de apoyo que tenían era el «Trailer de Freeport», que estaba ubicado al final de la Bennington Avenue.

En este sitio unas 30 a 50 personas recibían desayuno gratis (de lunes a sábado), comida y también orientación y programas como entrenamiento de salud y seguridad en la construcción (OSHA), ofrecidos por la organización comunitaria CoLoKi.

«Ahí uno iba a tomar desayuno, podíamos preparar nuestra comida, cargar el teléfono, teníamos mucho apoyo de las organizaciones», recuerda García.

 

Desalojan a jornaleros hispanos en la Villa de Freeport
Jornaleros hispanos en el Tráiler de Freeport que era operado por CoLoKi una organización comunitaria no lucrativa.

 

La Villa de Freeport que era la dueña del trailer, se lo prestaba -sin cobrar alquiler- a CoLoKi, dirigida por su fundadora Liz O’Shaughnessy, y posteriormente por Mirna Cortes, quien comenzó a trabajar aquí desde el 2014 y asumió la dirección interina a inicios de abril.

CoLoKi distribuía comida a jornaleros gracias al apoyo del banco de alimentos Island Harvest, pero lamentablemente en marzo se conoció una carta del alcalde de Freeport indicando que debían desalojar el tráiler.

«Liz me notificó que se iba cerrar el tráiler y entonces nosotros dejamos de operar el 6 de abril. Se cerró todo completamente. Luego me informaron que ya removieron el tráiler del lugar, ya no existe, todo fue muy rápido», señala Cortes, que actualmente trabaja como voluntaria con la Red Nacional de Jornaleros para que no queden abandonados los trabajadores hispanos de la «Montaña».

 

Jornaleros hispanos en el Tráiler de Freeport
Jornaleros hispanos llevaron curso de capacitación laboral en el Tráiler de Freeport, organizado por CoLoKi.

 

«Nos parece una gran injusticia que en estos tiempos de crisis, el alcalde de Freeport (Robert Kennedy) decida destruir el lugar donde vivían estos trabajadores y sin pensar en dar alguna alternativa a dónde ir», señala Nadia Marín, directora de la Red Nacional de Jornaleros. «En este tiempo ellos deberían estar ayudando a la gente», recalca.

Según indicaron los jornaleros desalojados, en el lugar donde levantaron las casas, en la «Montaña», quieren poner un estacionamiento para una próxima construcción. Mientras tanto, a la preocupación latente del coronavirus, ahora ellos tienen que sumarle el reto de encontrar pronto un nuevo sitio para vivir aunque no tengan ni trabajo ni dinero.