El 8 de noviembre del 2008 la vida de Joselo Lucero cambió para siempre: 7 jóvenes blancos en Patchogue, Nueva York, salieron como indican documentos de la corte a “cazar hispanos” y acabaron a golpes y puñaladas con la vida de su hermano Marcelo Lucero, un inmigrante ecuatoriano de 37 años de edad.
Este caso reveló los problemas de odio racial en el condado de Suffolk, Long Island, aunque hoy, después de más de 10 años, las cifras de ataques racistas se han reducido.
Joselo recuerda el momento en el que la policía golpeó la puerta de su casa para darle la trágica noticia de la muerte de Marcelo. “Aún hay un vacío en mi corazón, sobre todo de la forma en que murió. Pienso que no estaba preparado para una tragedia de odio”, nos dice.
Fue por eso que desde hace más de una década Joselo empezó a trabajar con organizaciones comunitarias por los derechos de los inmigrantes y por erradicar el odio, especialmente por lograr que la policía en Suffolk actuara de igual manera con todas las razas que integran el condado.
Y aunque actualmente se ven algunos logros, el panorama político lo ha llevado a replantear de nuevo esa lucha que emprendió por demostrar que “el odio por los hispanos es una gran equivocación”, como él describe.
“Me sigue afectando lo de mi hermano Marcelo cuando veo el ambiente político contradictorio que está pasando en nuestra comunidad inmigrante. Es el momento de actuar y no de sentarse. No nos podemos quedar mirando que otros protesten por nuestros derechos”, destacó.
Los cambios en Long Island
Después de la muerte de Marcelo Lucero, las protestas y la presión pública llevó al Departamento de Justicia a revisar la interacción del Departamento de Policía de Suffolk (SCPD) con la comunidad hispana tras una investigación que reveló deficiencias en la atención y documentación de casos, como la falta de servicios de traducción.
De acuerdo a las últimas estadísticas de la División de Servicios Criminales del Estado de Nueva York, en el condado de Nassau los crímenes de odio de 67 casos reportados en el 2012 disminuyeron a 52 en el 2016.
Y en el condado de Suffolk, donde el cambio es más drástico, de 117 crímenes de odio reportados en el 2012 las estadísticas muestran únicamente 43 en el 2016.
“Vemos que ha bajado el número de ataques y crímenes de odio pero no sabemos si se están registrando. Porque la gente no habla por su estatus legal, no quieren estar en el ojo de inmigración, entonces podemos decir que no tenemos unas cifras reales”, insistió Joselo.
Los esfuerzos de la policía
Sin embargo, lo que hace 10 años no era posible actualmente es parte de los dos condados de Long Island, un plan de acceso al lenguaje y traducciones.
En Nassau desde hace 3 años. Y además usan recientemente “La línea del Lenguaje”, una aplicación en teléfonos iPhones del departamento policíal donde los oficiales pueden hacer llamadas de audio o video para obtener rápidamente servicios de traducción en más de 350 idiomas.
“Todos nuestros oficiales cuentan desde ya con este teléfono de ayuda, las personas que no dominan el inglés pueden hablar en su idioma con un oficial de policía por medio de estos teléfonos”, recalcó Patrick Ryder, comisionado de la policía de Nassau.
Asimismo, añadió que en Nassau cuando una persona quiere reportar un crimen o es una víctima no debe temer porque no se le pregunta su estatus legal.
Por su parte, en el condado de Suffolk, de acuerdo a lo que describe Stuart Cameron, jefe del departamento policial, desde el año 2000 empezaron a usar “La línea del Lenguaje” pero fue hasta el 2010 cuando se incorporaron computadores en los autos patrullas que permiten el uso del programa de traducción.
Pero aún había inconvenientes cuando un patrullero tenía que ingresar a una casa, y alguna persona no hablaba inglés, fue por eso que en el 2018 se empezaron a reemplazar las computadoras por tabletas que los oficiales pueden usar fuera de su patrulla y hacer las traducciones necesarias.
- Más de Long Island : El miedo continúa tras una década del crimen racial de Marcelo Lucero