El principal contingente de la caravana de migrantes centroamericanos avanza en grupos por el noroeste de México, todavía a unos 2.000 kilómetros de Tijuana, donde ya se han congregado algunos centenares ante la atenta mirada de Estados Unidos.
Tras un mes de travesía, el principal grupo de migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, partió de Guadalajara (Jalisco) este martes y miles de ellos se encuentran entre los estados de Nayarit y Sinaloa, en el Pacífico.
«El lunes se atendieron a unos 400, este martes 1.000 más y se espera que este miércoles lleguen otros 1.000», indicó el subsecretario de Gobierno se Sinaloa, Marcos Osuna.
Varios centenares de migrantes -unos 350- llegaron ya a Tijuana en las últimas horas y se han sumado a otros grupos que arribaron a esa ciudad fronteriza en días recientes, entre ellos un centenar de miembros del colectivo lésbico, gay, bisexual y transexual (LGBT).
Una veintena de migrantes se atrevió incluso a trepar la valla de la frontera, ante la atenta mirada de la Patrulla Fronteriza de EE.UU., mientras que alrededor de una treintena de habitantes de Playas de Tijuana, donde el muro fronterizo se adentra en el mar, se reunieron con autoridades de la policía municipal para externar se descontento por la llegada de migrantes.
Del lado estadounidense se ha reforzado la seguridad, se han cerrado algunos accesos en las garitas que conectan Tijuana y San Diego, y se desplegaron más elementos de las fuerzas armadas.
Estos soldados forman parte de los 5.600 que la administración de Donald Trump envió a Texas, Arizona y California para colaborar con las autoridades migratorias cuando lleguen las caravanas.
Mientras, otro grupo de migrantes se dirige a la frontera de Estados Unidos por el norteño estado de Sonora, y otro, de unas pocas decenas, sigue todavía en Monterrey (Nuevo León) evaluando su próximo paso, mientras son alojados en un albergue.
Una mayoría de integrantes de la segunda caravana de hondureños permanece en Ciudad de México, donde, según el último corte de las autoridades capitalinas son unas 1.200, que descansan en un complejo deportivo en el oriente de la capital.
La capital, como buena parte del centro y norte del país, vive desde este miércoles un frente frío y una tormenta invernal que ocasiona lluvias y bajas temperaturas.
Otros 2.000 migrantes, procedentes en su mayoría de El Salvador, se encuentra más lejos del sueño americano y avanzan todavía por el oriental estado de Veracruz, donde centenares de ellos son ayudados por el sacerdote y activista Alejandro Solalinde.
Una cuarta caravana, también de salvadoreños, está dividida entre los estados de Oaxaca y Veracruz. Se estima que la integran unas 1.800 personas.
La primera caravana migrante partió el 13 de octubre de San Pedro Sula, Honduras y entró a México el 19 de octubre.
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