La espontaneidad del colombiano Hernán Darío ‘Bolillo’ Gómez y su particular forma para unir y motivar pueden ser el revulsivo de una selección de Ecuador que se quedó por fuera del Mundial de Rusia y comenzará a trabajar para ir al de Catar 2022.
El proyecto comenzará a rodar cuando el entrenador tres veces mundialista (con Colombia en Francia 1998, con Ecuador en Corea-Japón 2002 y con Panamá en Rusia 2018) asuma un segundo desafío con la “Tricolor”.
Tras clasificar a Panamá por primera vez a un Mundial, Gómez se convirtió en el segundo técnico en llevar a tres selecciones diferentes a un Mundial de la FIFA. El único que supera esta marca es el francés Henri Michel, quien lo hizo con Francia en 1986, Camerún en 1994, Marruecos en 1998 y Túnez en 2002.
Pero mientras en Ecuador unos aplauden el regreso de Gómez con base en sus resultados recientes, otros consideran que no es el indicado. Sostienen que en el reciente torneo mundialista, Panamá fue goleada 6-1 por Inglaterra y tanto la selección del istmo como ‘Bolillo’ quedaron como últimos de la competición, en el puesto 32.
Lo cierto es que Gómez se las ingenió en el 2002 para unir a «costeños» y «serranos», dos regiones ecuatorianas separadas por el regionalismo y con dos verdades futbolísticas que no acababan de congeniar en la selección, pese a décadas de intentos por clasificarse para un Mundial.
Y es que cuando accedieron al de Corea-Japón, el colombiano unió a los futbolistas de ambas regiones, terminó por hacerles creer en sus capacidades y unirlos por el mismo objetivo.
Los que hoy aplauden el regreso del ‘Bolillo’ piden a las voces discordantes que vean cómo logró hacer de Panamá un equipo competitivo que dejó fuera, en las eliminatorias para Rusia, a varias selecciones mundialistas como Estados Unidos y Honduras.
En redes sociales y medios de comunicación, la llegada del técnico despierta pasiones, cada cual emite su punto de vista y 16 millones de ecuatorianos dan rienda suelta al seleccionador que llevan dentro.
Pero será el coach colombiano el que asuma la responsabilidad de sacarle provecho a la cantidad y calidad de los futbolistas que actualmente tiene Ecuador, que el año pasado sucumbieron un partido tras otro en su camino hacia Rusia. Gran desafío.