Steve Jobs fue un empresario mundialmente conocido de los negocios informáticos con los que revoluciono el mundo, en sus últimas palabras nos dejó un preciado mensaje, mucho más valioso que todas las fortunas del mundo.
Hace unos días atrás se cumplió un nuevo aniversario del nacimiento de Steve Jobs, nació el 24 de febrero de 1955 hoy tendría 66 años, fue fundador de Apple y revoluciono el mundo computadoras, los celulares y la forma en que escuchamos música entre tantas otras cosas.
Esta nota no trata de todos sus logros que son impresionantes sino que queremos compartir con Uds. sus últimas palabras que encierran una gran enseñanza.
Como todos saben Steve Jobs murió como multimillonario a la edad de 56 años de cáncer de páncreas. Estas fueron las últimas palabras de Steve Jobs antes de morir:
“He llegado a la cima del éxito en los negocios. A los ojos de los demás, mi vida ha sido el símbolo del éxito.
Sin embargo, aparte de mi trabajo, tengo pocas alegrías. Al fin y al cabo, la riqueza no es más que un hecho al que estoy acostumbrado.
En este momento, acostado en la cama del hospital y recordando toda mi vida, me doy cuenta de que todos los elogios y las riquezas de las que estaba tan orgulloso, se han convertido en algo insignificante ante la muerte inminente.
Podrás contratar a alguien para conducir tu coche, pero no puedes contratar a nadie para que lleve tu enfermedad.
Las cosas materiales perdidas se pueden recuperar. Pero hay una cosa que nunca se puede hallar cuando se pierde – “la vida”.
Cuando alguien entra en el quirófano, se da cuenta de que hay un libro que aún no ha leído: “El libro de la vida sana”.
Sea cual sea la etapa de la vida en la que nos encontremos en este momento, al final vamos a tener que enfrentarnos al día en que caiga el telón.
Atesora tu amor por la familia, el amor por tu esposo o esposa, el amor por tus amigos…
Cuídate y preocúpate por los demás.
Al envejecer y ser más sabios poco a poco nos damos cuenta de que:
Un reloj de 300 dólares marca la misma hora que un reloj de 30 dólares
Llevemos una cartera o un bolso de $300 o de $30 – la cantidad de dinero que contiene es la misma;
Conduzcamos un coche de $150.000 o de $30.000, la carretera y la distancia son las mismas y llegamos al mismo destino.
Bebamos una botella de vino de $300 o de $10 – la resaca es la misma;
Que la casa en la que vivimos sea de 300 o de 3000 metros cuadrados – la soledad es la misma.
Te das cuenta de que tu verdadera felicidad interior no proviene de las cosas materiales de este mundo.
No importa si viajas en primera clase o en clase turista, si el avión se estrella, bajas igual …
Así que …. Espero que te des cuenta de que tener amistades y viejos amigos, hermanos y hermanas, con quien conversar, reírte, hablar, cantar canciones, hablar de norte-sur-este-oeste o del cielo y la tierra, ……
¡Eso es la verdadera felicidad!