«La Glorieta de Martín», restaurante localizado en Copiague, nace de la idea de una mujer hondureña que jamás se da por vencida y que su mayor sueño fue ser la propietaria de un establecimiento comercial donde ella le pueda servir a la gente con amor.
«Cuando yo tenía 5 años de edad mi padre abandonó a mi madre, desde ese entonces mi hermano mayor y yo salíamos a vender comida y mis otros hermanos nos ayudaban a cocinar», nos dice Hicela Artola, quien tiene una bella historia de superación como inmigrante hispana en Long Island, Nueva York.
Desde muy pequeña la vida de Artola no ha sido fácil ya que ha tenido que sobrepasar muchos obstáculos dejando atrás a su amada tierra centroamericana.
«Llegué a los Estados Unidos con sueños muy claros, pero pasé mucho trabajo ya que no tenía el ‘trabajo ideal’ y no veía el camino para establecerme en mi nuevo país, había dejado mi primera hija en Honduras, y era muy duro mantener a mi hija y luego yo», recuerda.
«A los 3 meses de estar en este país conocí a mi esposo, quien me ayudó a salir adelante. Pero ahí empezaron los problemas ya que él me dejaba sola por salir a tomar con sus amigos. Estaba siempre sola en una casa que alquilamos y el dueño de esa casa me acosaba sexualmentte. Para ese entonces le hablé a mi esposo y le dije que lo dejaría si él no dejaba la mala vida», cuenta Artola.
En el proceso de hacer una familia y salir adelante su esposo Martin pierde su trabajo y entonces comienza a nacer el sueño que siempre ella había tenido.
«Siempre le pedí a Dios tener mi propio restaurante y empezamos a hacer comidas desde la casa, yo cocinaba y él hacía las entregas. Un día haciendo las entregas un amigo le dijo a mi esposo que estaban rentando un local, ese día me sentí feliz y a pesar de no tener la plata, alquilamos el lugar, lo iniciamos y apenas teníamos $3000, unos amigos nos prestaron $20,000, y así obtuvimos nuestro primer restaurante, llamado ‘Martin Coffee Café’. Ahora somos dueños de dos negocios y el segundo nuevo local tiene por nombre ‘La Glorieta de Martín’.
Ayudando en LI y Centroamérica
Hicela Artola nos continúa relatando su vida empresarial y también las experiencias que le han permitido servir y ayudar a las personas necesitadas tanto en Long Island como a sus compatriotas en Centroamérica. La historia se cuenta fácil pero ella ha pasado por muchas oposiciones y hasta su propio esposo no estaba contento con la idea.
«Hoy en día somos dueños de 2 restaurantes y tenemos más de 15 empleados y ayudamos a la comunidad», señala orgullosa de su labor.
«Durante la pandemia del Covid-19 pudimos ayudar a un estimado de 10,000 personas, llevamos comida al Buen Samaritano Hospital, entre otras organizaciones, alimentamos a la personas de nuestra comunidad».
«Durante el huracán Eta y Iota (en Honduras) ayudamos a nuestros hermanos hondureños, les enviamos un contenedor y de tanto que recibimos enviamos otro contenedor hacia El Salvador», remarca Artola quien está convencida de que los sueños sí se hacen realidad si trabajas duro por ellos.
«Soy ejemplo de que si perseveras, tienes fe y trabajas duro, alcanzarás tus sueños», expresa con firmeza.
Cabe destacar que la hondureña Hicela Artola ha perseverado siempre para lograr sus objetivos al grado de convertirse en co-autora de dos libros motivacionales «Mi Proceso de Oruga a Mariposa» y «La Fuerza del Emprendimiento Femenino».
Empoderando a otras mujeres, madre de 4 hijos y felizmente casada con un esposo que cree en ella y le apoya todas sus iniciativas, Hicela Artola sigue progresando en la actividad comercial de sus restaurantes, a la par que por su trabajo solidario ha ganado diferentes premios y reconocimientos en nuestra comunidad de Long Island.
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