Con la puesta en marcha de la nueva ley que despenaliza la posesión de cierta cantidad de marihuana desde este miércoles, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, afirmó este que se marca el inicio «de un nuevo capítulo en el sistema de justicia penal» de este estado.
Con la entrada en vigor de la ley, firmada por Cuomo el pasado julio, también se beneficiarán miles de personas de todo el estado cuyas condenas previas por la posesión de menos de 2 onzas (56 gramos) de la yerba, impuestas entre finales de la década de 1970 hasta mediados de junio de 2019, serán eliminadas, señalan medios locales..
Ahora la posesión de una cantidad menor de 56 gramos deja de considerarse un crimen en el estado y pasa a ser una violación castigada con un máximo de 50 dólares.
La multa podrá ser de hasta 200 en caso de reincidencia y lo mismo ocurrirá en caso de consumo de este estupefaciente en público.
Al comienzo de su segundo cuatrienio, el pasado enero, Cuomo prometió 300 millones de dólares en impuestos, puestos de trabajo para los más desfavorecidos y la reducción de las condenas a determinados colectivos castigados por la penalización del consumo y posesión de esta hierba.
Cuomo recordó que por demasiado tiempo los latinos y afroamericanos han sido afectados de forma desproporcionada y sufrido las consecuencias de las leyes sobre la marihuana que han regido en el estado.
Los defensores de la legalización de la marihuana con fines recreativos han acogido la nueva ley como un paso positivo pero aseguran que no aborda las consecuencias negativas que conlleva mantener la droga legal.
Recuerdan que con esta nueva ley las personas aún pueden enfrentar consecuencias de inmigración y violaciones a su libertad condicionada por posesión mínima de marihuana.
También han destacado que la nueva ley deja la puerta abierta para que la policía continúe teniendo como blanco a las comunidades de color.
Una decena de estados, como California, Colorado, Nevada, Oregón, Vermont y Washington ya regulan su consumo.
La medida fue aprobada el pasado junio por el Parlamento de Nueva York al no lograr consenso legalizar la droga con fines recreativos, como había prometido el gobernador Cuomo.
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