Las leyes que rigen el mercado de alquiler en Nueva York cambiaron drásticamente el martes, cuando entraron en vigor regulaciones que requieren que los propietarios que ofrecen arrendamientos a corto plazo a través de servicios como Airbnb registren su propiedad en la ciudad.
El efecto de las nuevas regulaciones, conocidas como Ley Local 18, es probable que reduzca en gran medida el número de alquileres a corto plazo en los cinco condados, ya que los defensores de la medida buscan aumentar el inventario de unidades de alquiler a largo plazo y mejorar la seguridad y transparencia en el mercado a corto plazo.
Requisitos de registro
Registrarse en la ciudad es un proceso arduo, que Airbnb ha comparado con una «prohibición de facto» del servicio.
Sin embargo, la ciudad sostiene que el requisito de registro es necesario para hacer cumplir las leyes existentes, en particular que los anfitriones deben estar presentes en el apartamento mientras los inquilinos a corto plazo se quedan, en lugar de entregar toda la propiedad a los huéspedes. Airbnb, por su parte, señala que esta medida es atípica entre las principales ciudades de Estados Unidos, que en su mayoría permiten estancias sin anfitrión.
Además, a los propietarios solo se les permite autorizar que dos invitados se queden en casas y apartamentos cuando alquilan a través de Airbnb, Vrbo u otras plataformas de alquiler a corto plazo.
Además, se prohíbe a los propietarios tener cerraduras en cualquier puerta interior, lo que significa que los huéspedes deben tener acceso sin restricciones a toda la propiedad.
Aunque estos requisitos han estado en vigor durante años, en su mayoría han sido ignorados, lo que buscan remediar los nuevos requisitos de registro.
A partir del martes, los anfitriones enfrentarán multas de hasta $5,000 por ofrecer alquileres a corto plazo no registrados, y las plataformas enfrentan multas de $1,500 por facilitar el alquiler de apartamentos y casas no registrados.
Hasta el 28 de agosto, la Oficina de Control Especial de la Ciudad de Nueva York, encargada de hacer cumplir las leyes de alquiler a corto plazo, había recibido 3,250 solicitudes de registro y solo había concedido 257.
Esto es un golpe significativo para el inventario de unidades a corto plazo, ya que casi 15,000 anfitriones han ofrecido sus propiedades en servicios como Airbnb en los cinco condados en los últimos años.
Airbnb había demandado para detener la nueva regla, pero un juez desestimó la demanda el mes pasado.
Efectos en los alquileres a corto plazo
Los defensores de la ley argumentan que los propietarios que ofrecen sus propiedades a inquilinos durante menos de 30 días a la vez están disminuyendo efectivamente el número de unidades de vivienda para inquilinos a largo plazo, lo que aumenta los precios de alquiler para los residentes de Nueva York.
Mientras tanto, los residentes que viven cerca de unidades de vivienda ofrecidas como alquileres a corto plazo a menudo se quejan del ruido excesivo de los turistas y temen la falta de seguridad debido a una puerta giratoria de visitantes desconocidos en su área.
Sin embargo, los opositores de la medida sostienen que la nueva medida causará un daño significativo a la industria del turismo en la ciudad de Nueva York, potencialmente llevando a posibles visitantes a Nueva Jersey u otros destinos por completo.
Aunque los hoteles siguen siendo una opción, construir nuevos hoteles se ha vuelto significativamente más difícil en los últimos años y los existentes se concentran en su mayoría en Manhattan, mientras que los alquileres de Airbnb son más geográficamente diversos, con un portavoz de la empresa señalando que los barrios de la ciudad de Nueva York sin hoteles recibieron más de un millón de visitantes en 2022.
Además, plataformas como Airbnb han argumentado que las leyes perjudicarán a los neoyorquinos que dependen de los alquileres a corto plazo para ganar dinero.
«Las nuevas reglas de alquiler a corto plazo de la ciudad de Nueva York son un golpe para su economía turística y para los miles de neoyorquinos y pequeñas empresas en los distritos exteriores que dependen del intercambio de viviendas y dólares turísticos para llegar a fin de mes», dijo un portavoz de Airbnb en un comunicado.
«La ciudad está enviando un mensaje claro a millones de posibles visitantes que ahora tendrán menos opciones de alojamiento cuando visiten la ciudad de Nueva York: no son bienvenidos».
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