“La Bodega gratuita de Eileen” abre sus puertas todos los sábados en el Consulado de El Salvador en Brentwood con comida gratis para los más necesitados.
Asentado en una modesta esquina de las oficinas del Consulado de El Salvador en Brentwood, Long Island, a unos 40 minutos de algunos de los restaurantes más lujosos del mundo, se ubica un refrigerador que salva vidas.
Lo llena de comida cada semana una joven que desde hace un tiempo cambió sus tardes floridianas por una vida en esta comunidad que hoy adora. Amanda Sweeney, de 31 años, materializó un sueño que avivó la pandemia a través de un viejo refrigerador que hoy hace las veces de supermercado comunitario para cientos de personas que sufren los estragos de la inseguridad alimentaria en Long Island.
“La Bodega Gratuita de Eileen”, como bautizó este proyecto, en honor a su fallecida abuela, nació como resultado de su trabajo como voluntaria en varias despensas de alimentos en El Bronx en diciembre de 2020. Su misión tomó un rumbo hacia las afueras de la Ciudad de Nueva York cuando una persona cercana la impulsó a poner los ojos en su propia comunidad en Brentwood.
“Yo comencé a tocar puertas desde febrero hasta mayo y finalmente el Consulado de El Salvador nos sugirió poner una mesa con comida gratis y eso hicimos”, relata la joven, quien asegura que la experiencia ha sido “como una montaña rusa porque la inseguridad alimentaria siempre ha estado ahí pero la pandemia empeoró el problema”.
De acuerdo con cifras de la organización Feeding America, en 2019, antes del inicio de la pandemia, más de 35 millones de personas, incluyendo 11 millones de niños atravesaban por inseguridad alimentaria. En 2020, el panorama empeoró con 45 millones, incluidos al menos 15 millones de menores en esta situación. En lo que va corrido del 2021 el número asciende a 42 millones, de ahí, 13 millones son niños.
“El refrigerador”
Con el fin de poder ofrecer comida fresca, Sweeney dice que pensó inmediatamente en la necesidad de que el proyecto incluyera un refrigerador. Una vez asegurado un lugar en el consulado, el próximo paso la puso en Facebook Marketplace, un sitio en la web donde se compran y venden artículos usados. Ahí una persona se enamoró del proyecto y donó el que se ha convertido en un personaje principal de esta historia de amor comunitario.
“Yo ahora siempre estoy súper emocionada de que llegue el sábado para abrir el refrigerador y pasar tiempo con la comunidad”, apunta la joven. “Yo quiero vivir en una sociedad donde más gente haga cosas como estas”.
Su amor y entrega por la comunidad viene de un lugar especial. Sweeney ahora está del otro lado de la despensa. Ella recuerda que estando pequeña, junto a su madre, visitaban sitios como el que ahora coordina.
Acción de Gracias
A medida que se acerca el Día de Acción de Gracias, el refrigerador se limpia para lo que serán las donaciones que alegrarán la noche del 25 de noviembre para muchas familias necesitadas. Cada ingrediente de la cena está resaltado en su último pedido.
“Estamos tratando de ayudar a 50 familias con cajas de comida que tendrán cada una vegetales frescos, vegetales en lata, papas, arroz, guandules, y estaremos ahí la noche antes de Acción de Gracias entregando estas cajas”, destaca Sweeney.
Si quiere donar comida para esta iniciativa, puede buscarlos como Eileen’s Free Bodega en redes sociales y si quiere donar puede hacerlo directamente a través de la cuenta de Venmo Asweeney710.
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