Las estrellas del deporte, la gimnasta Simone Biles y la futbolista Megan Rapinoe, recibieron la Medalla Presidencial de la Libertad, la máxima distinción civil de Estados Unidos.
El presidente Joe Biden otorgó este reconocimiento a 17 íconos entre los que, además de Biles y Rapinoe, se encontraban el actor Denzel Washington o el cofundador de Apple, Steve Jobs, que fue distinguido de forma póstuma.
«Vemos aquí a un grupo extraordinario de estadounidenses», señaló Biden, en evento desarrollado el 7 de julio, justo después de la celebración del Día de la Independencia (4 de julio), lo que sirvió de recuerdo sobre el ideal del país y lo que los une a todos como nación: la defensa de una «libertad que brilla como el sol para iluminar el futuro del mundo».
Biles, de 25 años, no necesitó mucha presentación: es la gimnasta más condecorada de la historia estadounidense, con 32 medallas olímpicas y mundiales, y suma a sus logros deportivos su activismo en favor de la salud mental y la seguridad de los atletas, los niños en sistemas de acogida y las víctimas de abusos sexuales.
La joven fue una de las cientos de deportistas que acusó al doctor del equipo olímpico Larry Nassar de abusos sexuales y que puso en el punto de mira un sistema que permitió que el técnico usara su cargo para aprovecharse de ellas. «Habla por quienes no pueden hacerlo», dijo de ella el presidente Biden.
De otra de las condecoradas, la excelente jugadora Megan Rapinoe, capitana del equipo estadounidense de fútbol OL Reign, campeona con su selección de EE.UU. en el Mundial de 2019 y activista por los derechos del colectivo LGTB, se celebró su esfuerzo dentro y fuera del campo y su lucha también en favor de la equidad salarial.
La Medalla Presidencial de la Libertad ensalza a personas que han contribuido de forma ejemplar a la prosperidad, los valores o la seguridad de Estados Unidos.