Hay una gran escena en la clásica película de terror «Tiburón», donde el alcalde de la ciudad está tratando de convencer al jefe de que no cierre las playas a mediados del verano debido a un ataque de tiburones.
«Usted grita» barracuda «, y todos dicen:» ¿Huh? ¿Qué? «, le dice el alcalde al jefe. «Usted grita» tiburón «, tenemos un pánico en nuestras manos, el 4 de Julio».
Aquí en Nueva York, en medio de nuestro propio pánico, se acerca Memorial Day o el Día de los Caídos (el comienzo no oficial del verano).
Ningún neoyorquino quiere estar atrapado en una casa o departamento congestionados durante toda la temporada. Queremos salir y tomar algo de aire fresco, y no hay mejor lugar para hacerlo que las muchas playas increíbles que tenemos en Brooklyn, Queens, el Bronx y Staten Island.
El problema este año, sin embargo, es el COVID-19, y la facilidad con la que pasa de una persona a otra.
Hemos luchado durante casi 3 meses tratando de mantenerlo bajo control, y finalmente estamos en una disminución lenta y constante de las infecciones. Sin embargo, el estado de Nueva York sigue perdiendo a más de 100 personas por esta enfermedad todos los días.
Si alguna vez ha estado en Coney Island (Brooklyn) en un caluroso sábado de julio y se ha encontrado con la multitud de personas en la arena y el paseo marítimo, puede imaginar la pesadilla que los funcionarios de salud pueden visualizar con un virus altamente contagioso como el COVID-19 incluido en esta mezcla. .
Aun así, el gobernador Andrew Cuomo anunció el viernes que las playas estatales volverían a abrir para el fin de semana del Memorial Day, bajo estrictas limitaciones de multitudes.
Los gobiernos locales tuvieron que tomar sus propias decisiones para sus propias playas, y el alcalde Bill de Blasio los hizo el domingo: las playas de NYC permanecerán cerradas para todos, excepto para aquellos que quieran dar un paseo junto al mar.
De Blasio hizo la llamada correcta para la ciudad de Nueva York. El virus sigue siendo demasiado frecuente aquí, e incluso si se imponen límites de media capacidad y requisitos de máscara difíciles de aplicar, todavía existe un gran riesgo de que las congregaciones de playa estimulen una segunda ola masiva de casos de coronavirus que nos pondrían de vuelta donde nosotros comenzó en la crisis.
Las playas deberían abrir aquí este verano. Con suerte, para fines de junio, los números habrán caído hasta el punto en que eso sea posible.
Pero si abrimos demasiado pronto, de hecho tendremos algo peor que «un pánico en nuestras manos el 4 de Julio».
Esta historia se publicó primero en amNY.com .
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