“Tu pasado no determina tu futuro” dice el escritor y periodista Ismael Cala haciendo referencia a temas de superación y motivación personal. No muy lejos de la frase esta la historia de Joel Valle, quien sin miedo a lo que vivió antes, se levanta de las cenizas y resplandece como el sol.
Joel es un inmigrante salvadoreño que tocó fondo al convertirse en alcohólico, situación que lo llevó a vivir en las calles dando vueltas sin rumbo determinado hasta encontrar la recuperación. Por ello, en estas fechas festivas que celebramos el día de Acción de Gracias es cuando él agradece a Dios por estar limpio del alcohol y por tener un hogar en donde vivir.
“Movido por el agradecimiento -ya que llevo 4 años limpio sin tomar alcohol- yo cocino y preparo almuerzo para el día de Acción de Gracias. Este es mi segundo año que puedo darle de comer a todas aquellas personas desamparadas que no tienen en donde vivir, llevándoles a su vez un mensaje de esperanza,” nos dice Joel.
“Vivir bajo el dominio del alcohol trae rechazo por parte de tus familiares y amigos”, indica nuestro personaje. “Me tocó ser humillado por personas que no entienden que el alcoholismo es una enfermedad, no es un simple vicio. Incluso la Organización Mundial de la Salud la catalogó como una de las 10 enfermedades más mortíferas del mundo”.
Luz de Esperanza
Joel Valle ingresó a una institución de alcohólicos anónimos en el condado de Queens, Nueva York, internándose por 9 meses para poder recuperarse. “Me siento agradecido porque Dios puso el 99% y yo el 1%. Todas las malas experiencias que viví … más al salir limpio de mi tratamiento, me hizo cambiar la perspectiva de mi vida. Ahora ésta es diferente y tomé la decisión de abrir una organización sin fines de lucro”, señala.
Ahora Joel camina pensando cual es el propósito de su existencia. “Mi propósito no es hacerme daño, más bien por mis vivencias nace la fundación ‘Una Luz de Esperanza’ y el nombre significa que Dios es la luz, el camino, la verdad y la vida”, nos cuenta Joel que recoge fondos para realizar su proyecto a través de organizaciones que le ayudan con donaciones.
“Las iglesias me donan comida, utensilios plásticos, dinero, etc. y la gente que conoce mi historia se acerca y hacen donaciones”, manifiesta. “Es muy importante para mi patentar la organización para poder hacer todas las cosas bajo la ley”. Luego recalca, “Los desamparados alcohólicos no solo tienen hambre también necesitan ayuda sicológica, ayuda médica, hay que proporcionales ropa, abrigos, cubrir sus primeras necesidades. Ósea necesito el mayor apoyo posible”. “Yo me aferro a la frase que dice ‘Quien no vive para servir, no sirve para vivir”, el año pasado conecté con dos alcohólicos que dejaron la calle y ahora son civiles con vidas limpias y cambiadas … Vale la pena ser agradecido y unas de la maneras de mostrar agradecimiento es ayudando a los demás”, enfatiza Joel.
Organizaciones de Ayuda
Sí hay esperanza. La vida de los alcohólicos puede cambiar para bien, hay ayuda disponible en organizaciones como AAA alcohólicos anónimos, A Lanon, A Latin. En estos lugares también se apoya a las familias de personas que toman ya que tienen problemas emocionales y pueden ser neuróticos, alcohólicos y drogadictos.