Por: José Martínez
Una tarde de septiembre del año 2019 aterricé en Cartagena, Colombia. Ahí me esperaba un grupo de trabajadores sociales con quienes había cuadrado realizar un recorrido por barrios marginados de la ciudad. La meta: hacer un diagnóstico para traer ayuda desde Nueva York.
El recorrido lo protagonizó una de mis primas, Michelle Rodríguez, quien desde hace casi diez años realiza trabajos comunitarios en la zona de Nelson Mandela, un vecindario ubicado a más de 10 millas del centro histórico de esta ciudad, que ha sido testigo de la llegada de más de 40,000 desplazados por la violencia, quienes viven en la pobreza absoluta.
El señor Edison Durango, un líder comunitario que lleva más de tres décadas al servicio de sus vecinos, me recibió. Con él recorrimos varias calles de esta zona que no se parece en nada a Nueva York. Sin asfalto y con lodo por doquier da muestra de un abandono casi total por parte del gobierno local y nacional.
“Estos barrios cuando comienzan son de carpas, de cartones, de una cantidad de situaciones difíciles”, me cuenta el señor Durango, mientras charlamos en la sala de su casa. “Eso trae un detrimento en la calidad de salud: rasquiña, diarrea, fiebre y todo eso”.
Y es que, según el centro de estudios del trabajo de ese país, Cedetrabajo, Cartagena es la ciudad colombiana con más población pobre después de Cúcuta y Montería. Hoy, el 29,1% de los cartageneros vive en condiciones de pobreza y el 5,5 % en la pobreza extrema.
Tocando puertas en Estados Unidos
A mi regreso a Nueva York mi energía se redobló para buscar ayuda, sobre todo, para los niños de esta comunidad, quienes, pese a que asisten a escuelas públicas, viven en condiciones que dificultan su aprendizaje. Sin embargo, la pandemia del COVID-19 frenó todo. Mi meta de poder reunirme con líderes en Nueva York para explicarles mi plan tuvo que ponerse a un lado para ayudar aquí en nuestro país.
A la vez, los oídos de muchas personas se activaron de tal manera que el plan tomó fuerza.
“El plan de llevar ayudas a estas comunidades es sin duda un ejemplo de lo que muchos latinos deseamos hacer en nuestros países de origen desde aquí”, comentaba alguien en una de las publicaciones que hicimos en redes sociales a finales de noviembre.
Fue tal el apoyo que en poco tiempo la campaña Dona Un Juguete 2021 se volvió un tema principal en Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania. De ahí que se contabilizaron más de 100 regalos donados por un sinnúmero de personas que se unieron a esta causa esta Navidad.
El plan es exportar alegría desde Nueva York hasta Colombia el próximo 26 de diciembre cuando lleguemos nuevamente a visitar esta comunidad marginada en la que los más pequeños podrán disfrutar de un regalo que llegó directamente de Nueva York, y aunque muchos no sepan dónde queda nuestro terruño, siempre recordarán que hay otras personas como ellos abogando en otras latitudes para darles la oportunidad de sonreír.
Más allá de un regalo
Con este primer evento bautizado “Navidad Heroica”, en honor al apodo de la ciudad de Cartagena, conocida como “La Heroica”, mi sueño de poder ayudar a esta comunidad comienza a estructurarse. Nuestro plan ahora es ahondar en el tema educativo con el apoyo de organizaciones locales como la Coalición de Estudiantes Inmigrantes de Long Island, SEPA Mujer y la fundación Betty ‘s Breast Cancer Foundation, entre otras.
Para unirte a ese movimiento puedes enviarnos un correo a josemartinez@josemartinews.com.
¡Felices Fiestas!