El Departamento de Justicia de Estados Unidos aseguró que tiene evidencia de que el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, y su hermano el exdiputado Juan Antonio Hernández, recibieron dinero del narcotraficante Joaquín el «Chapo» Guzmán.
La Fiscalía aseguró que presentará en el juicio, que comenzó este miércoles en Nueva York, pruebas que demuestran que el exdiputado recibió del «Chapo», entonces líder del cartel de Sinaloa, 1 millón de dólares para ser entregados al presidente de Honduras.
El juicio se inició en la corte federal para el distrito sur de Nueva York tras la selección del jurado, formado por nueve mujeres y tres hombres, más seis alternos, que permanecerán en el anonimato por cuestiones de seguridad.
El fiscal Jason Richman no precisó en qué recibió el dinero de «El Chapo» ni si fue usado en la campaña electoral de Hernández, durante la presentación del caso en el inicio del juicio.
Juan Antonio «Tony» Hernández Alvarado, preso en Nueva York desde finales del 2018 tras ser arrestado ese año en Miami, está acusado de cuatro delitos de narcotráfico, posesión de armas de fuego para defender sus cargamentos y de mentir a las autoridades, de los que se ha declarado no culpable.
Hernández llegó este miércoles por primera vez a la sala del juez Kevin Castell sin el uniforme de prisionero que había usado durante las audiciones previas al juicio y siguió el proceso a través de un intérprete.
En esta ocasión, vistió un traje de chaqueta azul, acompañado de una corbata del mismo color y una camisa blanca.
Con semblante relajado, incluso sonrió en un momento en que el juez le pidió que se pusiera de pie para que le vieran los candidatos a jurado, con la intención de saber si alguno le conocía.
No es la primera vez que el Gobierno de EE.UU. vincula el nombre del presidente Hernández en el caso por narcotráfico contra su hermano, a quien, según las autoridades, protegía, pero no ha presentado cargos en su contra.
Según el fiscal, esa protección que recibía hizo que el acusado se sintiera «intocable» y «seguro» en sus actividades de narcotráfico.
El mandatario ha negado haber recibido dinero de narcotraficantes y ha asegurado que el hecho de que le hayan implicado es un acto de venganza en su contra por haber dado el visto bueno a las extradiciones a EE.UU.
Según el Gobierno estadounidense, el acusado distribuyó masivas cantidades de cocaína durante años que llegaron a este país, que se enriqueció como resultado de esa actividad y que con ese dinero financió campañas políticas de su Partido Nacional.
El fiscal aseguró además este miércoles que la red de narcotráfico a la que pertenecía Tony Hernández, de 41 años, fue protegida por funcionarios corruptos del gobierno hondureño entre los que mencionó a alcaldes, legisladores, miembros de las fuerzas armadas y de la policía.
Richmon indicó además que la evidencia demostrará que «Honduras es un lugar propicio» para el narcotráfico, que escucharán a narcotraficantes involucrados con Hernández, además de ver fotos y vídeo para sostener las acusaciones.
El abogado de defensa Omar Malone aseguró por su parte que la fiscalía no tiene evidencia en contra de su cliente, y que Hernández tiene licencia para armas, por lo que a acusación de posesión de armas quedaría invalidada.
Sostuvo además que las acusaciones en su contra de su cliente son venganza de los narcotraficantes que cooperan con el Gobierno por haber consentido el presidente la extradición a EE.UU de varios capos.
Al concluir el primer día de juicio, un grupo de hondureños protestó fuera de la corte federal exigiendo que se haga justicia para su pueblo.
«Si es culpable que le caiga todo el peso de la ley y si el presidente está involucrado, que renuncie inmediatamente y sea traído ante la justicia de EE.UU», dijo uno de los manifestantes que prefirió ser identificado sólo como José por temor a represalias.