La imagen de un salvadoreño y su hija de 2 años ahogados en el río Bravo, en la frontera entre México y Estados Unidos, refleja la desesperación de los inmigrantes que buscan obtener asilo en ese país y los peligros que enfrentan en su odisea, afirma el autor de la fotografía, Abraham Pineda Jácome, de la Agencia Efe.
La foto muestra los cuerpos de Óscar Martínez, de 25 años, y su hija Valeria yaciendo boca abajo a la orilla del río del lado mexicano.
La mitad superior del cuerpo de la pequeña está metida entre la camiseta y el torso del padre, lo que sugiere que el hombre trataba de protegerla de alguna forma en los últimos momentos de ambos.
Pineda se enteró de reportes ciudadanos sobre migrantes que se estaban ahogando en el río Bravo, los cuales motivaron el lanzamiento de una operación de rescate de las autoridades el domingo por la tarde en el municipio fronterizo de Matamoros, en el nororiental estado mexicano de Tamaulipas.
«Pero tuvieron que suspender el operativo porque llegó la noche. En ese lugar no hay luz y la visibilidad es nula, así que no se podía hacer nada. El día siguiente a las 9 de la mañana lo retomaron. Yo ya estaba en el lugar esperando a que se reanudaran las actividades», refiere el fotógrafo.
Cuenta que dos agentes de Protección Civil abordaron una lancha e iniciaron una búsqueda en el río. Alrededor de una hora después, agentes que estaban en tierra le comunicaron que habían sido hallados cuerpos flotando en el agua, que fueron arrastrados a la orilla.
«Corrí hacia el sitio para corroborar lo que me estaban diciendo y donde llego veo los cuerpos boca abajo en la ribera. Veo esta imagen y lo único que hago por inercia, como periodista, es tomar las fotografías. Luego me retiro porque llegan las autoridades e iban a acordonar el área», narra.
Para Pineda, la muerte de Óscar y Valeria es «un resultado del endurecimiento de las políticas migratorias tanto de Estados Unidos como de México».
Señala que hubo un momento en que Estados Unidos estaba dando asilo a los migrantes que llegaban por Matamoros, pero con el endurecimiento de la política se han estado acumulando en la frontera. «Estamos hablando de cubanos, centroamericanos, suramericanos, que algunos han optado por lanzarse al río y cruzar a nado», añade.
«Muchos de ellos tienen una teoría de que si llegan al otro lado, Estados Unidos les tiene que hacer caso a su solicitud de asilo. No sé qué tan cierto sea eso. Pero se desesperan», dice.
Pineda habló con el hermano de Óscar, quien le contó que le recomendó a su familiar que no intentara cruzar a nado porque «era muy criminal» el río.
«Y la verdad es que sí porque cada mes muere un migrante ahogado. No hizo caso (Óscar) y se lanzó con la desesperación en vez de esperar dos o tres meses aquí en Matamoros a que le resolvieran su solicitud. Quiso agilizar las cosas pero fue contraproducente», manifiesta.
Sobre el potencial impacto de su fotografía en las políticas migratorias, considera que «podría tener un efecto positivo en una parte de la sociedad de Estados Unidos, pero la verdad a (el presidente estadounidense Donald) Trump directamente no creo que le mueva algo».
Y en cuanto a México, dice haberse enterado de que al presidente Andrés Manuel López Obrador le pidieron que expresara su posición sobre la foto «y solamente dijo que lo lamentaba, pero aparte de eso no hubo otra reacción».
«De hecho, ayer mismo la Guardia Nacional llegó a Matamoros a acompañar a elementos del Instituto Nacional de Migración (Inami) para revisar los documentos de los que están buscando asilo. Se supone que la Guardia era para cuidar a la población, pero resulta que es para cuidar la frontera», sostiene.
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