El general Jeffrey Buchanan, máximo responsable de los efectivos del Ejército de EEUU desplazados a Puerto Rico, describió los efectos del huracán María en la isla como la emergencia por desastre natural más importante a la que se ha enfrentado en toda su carrera.
«Estuve en Texas tras Harvey y en Florida después de Irma, pero este es el peor desastre en el que he participado», señaló Buchanan, quien dirige el trabajo de 14.000 soldados en la isla, en entrevista con Efe en la capital puertorriqueña.
El militar destacó que su misión en la isla es encabezar el esfuerzo militar que ayuda a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (Fema) y al Gobierno de Puerto Rico para restablecer la normalidad en un territorio al que el huracán destrozó sus infraestructuras y causó cerca de medio centenar de muertos.
Buchanan subrayó que a diferencia de Texas y Florida, el principal problema en Puerto Rico ha sido el logístico, ya que al tratarse de una isla en medio del Caribe rodeada por miles de millas de océanos ha supuesto una gran discapacidad para la llegada de la ayuda.
«Antes de traer la ayuda tuvimos que abrir los puertos y el aeropuerto, que inicialmente estaban cerrados. Aquí, a diferencia de Florida, no se podía llegar por carretera», indicó el militar.
El general estadounidense subrayó que la ayuda ha ido aumentando en todos los sentidos y que cuando llegó a la isla poco después del huracán del pasado 20 de septiembre tenía a sus órdenes poco más de 4.000 efectivos y ahora cuenta con más de 14.000 militares y una cifra superior a los 60 helicópteros.
«Tenemos suficientes medios, tanto en hombres como en helicópteros», dijo Buchanan para disipar dudas sobre algunas críticas iniciales de políticos locales que denunciaron una supuesta escasa ayuda por parte de las autoridades federales de EEUU.
Recordó que, por ejemplo, hay a disposición de la población hospitales militares en los municipios de Aguadilla y Humacao y Ponce, además del portaaviones Confort, que sirve como hospital flotante.
Buchanan resaltó que la ayuda prestada responde al panorama que el Ejército estadounidense se encontró en Puerto Rico, que como recuerda en un primer momento fue de devastación «con todos los árboles y postes de electricidad caídos, demás de muchas casas dañadas o completamente destruidas».
«Durante estas tres semanas las cosas han cambiado. No quiere esto decir que la situación sea buena, pero sí que cada día que pasa las cosas mejoran y se abren más carreteras. De hecho, a casi cada punto de la isla se puede acceder por carretera», subrayó.
En cuanto a las prioridades, matizó que han cambiado, ya que inicialmente pasaban por salvar vidas y ahora ha cambiado a entregar comida a la población, facilitar la ayuda sanitaria y, sobre todo, poner las condiciones para que los puertorriqueños se puedan valer por sí mismos.
«Puedo asegurar que el agua y la comida ha llegado a los 78 municipios de la isla, aunque unos organizan mejor que otros la entrega -del suministro que reciben- a la población», indicó el general.
Destacó que en algunos municipios se ha sido persistente en señalar dónde las personas tienen que dirigirse por la ayuda y que otros la entregan casa a casa, pero que cada lugar se utiliza un sistema diferente que puede ser más o menos eficaz.
Aseguró que no cree que falte agua o comida en ningún municipio, pero que es receptivo a que se le comunique adonde no llega para poner en marcha una operación por aire.
Buchanan indicó que la situación de emergencia llegará a su fin dependiendo de las conversaciones entre Fema y el Gobierno local, pero que esa agencia federal podría permanecer en la isla meses y hasta años para contribuir a la recuperación total.
«Los militares solo hacemos tareas de emergencia, no de recuperación y además nuestras operaciones son muy caras», recordó sobre su presencia en Puerto Rico para atender a la población.
«La mejor forma para la recuperación es, por ejemplo, que los camiones no los conduzcan militares, sino puertorriqueños, porque es más barato y el dinero revierte así en la economía local, lo que ayudará a la recuperación», sostuvo el general estadounidense.
Recordó que para atender las últimas emergencias a causa de fenómenos atmosféricos, en Ejército permaneció en Texas una semana y media y en Florida una semana, en contraste con Puerto Rico, donde todavía no hay fecha de salida.