El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, firmó una orden ejecutiva que prohíbe que empleados de las agencias gubernamentales del Estado pregunten el estatus migratorio de un individuo, así como divulgar esa información.
La orden ejecutiva especifica que sólo puede preguntarse en caso que sea requerido por la ley o que la información sea necesaria para determinar la ayuda que se brindará al individuo.
Señala el documento que más del 20 por ciento de la población de Nueva York son inmigrantes, que son una parte «esencial del tejido económico del Estado».
Destaca asimismo que más del 29 por ciento de los dueños de negocios nacieron en el extranjero, que son negocios que generan millones de dólares y que el poder adquisitivo en conjunto de las comunidades inmigrantes sobrepasa los 165.000 millones de dólares.
La orden ejecutiva prohíbe igualmente a los agentes del orden preguntar sobre el estatus migratorio a menos que se investigue una actividad criminal.
«Nueva York se convirtió en el Estado Imperio debido a las contribuciones de inmigrantes de todo el mundo y no permitiremos que políticas de miedo e intimidación nos dividan», indicó el gobernador en un comunicado de prensa.
La Coalición del Inmigrante de Nueva York aplaudió la acción de Cuomo y asegura que es una «contundente declaración de que los inmigrantes no son los enemigos».
«El Gobernador entiende que no hará que Nueva York sea más seguro si la gente evita acudir a las agencias del orden o las agencias del Estado por miedo a la deportación», indicó Steven Choi, director ejecutivo de la organización.