Una madre guatemalteca buscó refugio en una iglesia de Nueva York para evitar ser deportada, el primer caso que ocurre en esta ciudad desde que el presidente Donald Trump llegó al cargo en enero.
Amanda Morales, que se refugió en una iglesia santuario de la comunidad de Washington Heights en Manhattan con sus hijos de 9, 8 y dos años y medio, nacidos en EE.UU., tenía que acudir hoy a una cita de Inmigración con un pasaje de regreso a su país para «no más tarde del 31 de agosto».
Morales es la tercera inmigrante que en menos de un mes se refugia en una iglesia para evitar ser deportados. Los otros dos, la guatemalteca Nury Chavarria y el ecuatoriano Marcos Reyes acudieron a iglesias en Connecticut.
«Dejé mi país por la pobreza y la criminalidad. Vine a trabajar duro» por un mejor futuro, señaló a Efe la inmigrante, quien dice no quiere llevar de vuelta a sus hijos ni separarse de ellos.
Es por eso, afirmó, que optó por refugiarse en la iglesia episcopal Santa Cruz que lidera el padre Luis Barrios, conocido activista comunitario, de la red Nuevo Movimiento Santuario.
«Estoy muy triste de tener que dejar mi casa, pero es por el futuro de mis hijos», insistió Morales, quien fue detenida en la frontera con Texas cuando intentaba entrar a este país hace trece años junto con otros inmigrantes.
Recordó que las autoridades les dejaron en libertad pero con una cita para presentarse mas adelante ante Inmigración, a la que no acudió por temor a ser deportada.
«Fui a una abogada pero no me quiso ayudar. Me dijo que de todas maneras me iban a deportar. No me dio esperanzas y tuve miedo. Antes no habían los recursos que hay ahora», de ayuda a indocumentados, dijo la guatemalteca, de 33 años.
«Para mí es un terror irme a Guatemala porque hay demasiada delincuencia y no quiero llevar allá a mis hijos, que sufrirían sin mí», insistió Morales, que cuenta con el apoyo del Movimiento Santuario en Nueva York, integrado por varias iglesias.
Inmigración no realiza redadas en iglesias ni escuelas por ser lugares sensibles.
En Nueva York en el pasado inmigrantes se han refugiado en iglesias pero el caso de Morales es el primero que se hace público en varios años, de acuerdo con el Movimiento Santuario.
Morales dijo además a Efe que en 2012, tras haber tenido un accidente en el que presentó su pasaporte como documento de identidad, recibió una citación de Inmigración a la que acudió.
Desde entonces ha estado asistiendo a las citas de revisión de su caso a Inmigración, recordó.
Sin embargo, durante la cita del pasado mayo le advirtieron que se tenía que presentar hoy con un boleto de regreso a su país.
«Desde 2012 he estado acudiendo a las citas pero ningún abogado ha querido ayudarme. Lo que han hecho es robarme mi dinero», aseguró la inmigrante, que trabaja en una fábrica en Nueva York.
Explicó que a través del Movimiento Santuario abogados pedirán a Inmigración que se le conceda asilo.
El párroco de la iglesia afirmó por su parte en una declaración escrita que «no podemos ser indiferentes al sufrimiento humano».
«El santuario hoy en día es una obligación moral que nos exige desafiar una ley de inmigración que es injusta», agregó Barrios.
El Nuevo Movimiento Santuario destacó que «hoy en día el santuario es más relevante, ya que bajo la presente Administración se ha evidenciado todo un sistema de represión y persecución en contra de nuestras comunidades minoritarias y migrantes».