Días después de que saliera a la luz el historial de acoso sexual del poderoso productor de Hollywood Harvey Weinstein, su currículum no ha hecho más que engrosarse con nuevas alegaciones de actrices como Gwyneth Paltrow, Angelina Jolie o Asia Argento y que se remontan a casi dos décadas.
Al cofundador de Miramax y The Weinstein Company se le suman ahora las historias de avances no deseados de Paltrow y Jolie, publicados por The New York Times, e incluso de tres supuestas violaciones, una de ellas expuesta por la italiana Asia Argento en un reportaje de la revista The New Yorker.
Paltrow relató al diario que antes de rodar la película «Emma» (1996), cuando tenía 22 años y comenzaba su carrera, Weinstein la convocó en su hotel y le sugirió ir a su habitación a hacerle masajes, algo que rechazó.
Por su parte, Jolie también rechazó a finales de la década de los 90, durante el lanzamiento de la cinta «Playing by heart» (1998), avances del productor en una habitación de hotel, denominador común de varias acusaciones que se han conocido estos días.
Argento, también directora de cine, reveló que el productor le hizo sexo oral «a la fuerza» y que no se había pronunciado sobre ello hasta ahora, veinte años después de los hechos, por miedo a que Weinstein la «destrozara».
No obstante, recreó la escena en su película «Scarlet Diva» (2000), tras lo que aseguró haber sido contactada por mujeres que reconocieron el comportamiento del productor en la cinta.
Según la investigación de diez meses de The New Yorker, trece mujeres acusan de acoso o abuso sexual a Weinstein desde la década de los 90 hasta 2015 con historias que sobreponen a las que destapó The New York Times el pasado jueves.
Los casos más graves, de violaciones, son tres, entre ellos el de Argento y el de la antigua aspirante a actriz Lucia Evans, mientras que hay cuatro de tocamientos no deseados que se pueden considerar abuso y otros de exhibicionismo.
Asimismo, dieciséis antiguos y actuales empleados del productor afirmaron haber sido testigos o tener conocimiento de «avances sexuales no deseados» o tocamientos en eventos profesionales o en el lugar de trabajo hacia actrices o modelos jóvenes, a las que convocaba con «pretextos flojos».
La revista también incluye un archivo de audio grabado por la Policía de Nueva York en una operación encubierta donde Weinstein admite haber manoseado a una modelo y dice estar «acostumbrado» a ese tipo de comportamiento.
A Weinstein le acompañaban rumores de acoso sexual desde hacía veinte años hasta que The New York Times logró reunir en un reportaje testimonios y destapar su historial. Docenas de antiguos y actuales empleados detallaron acuerdos económicos extrajudiciales con al menos ocho mujeres, entre ellas la actriz Rose McGowan.
Después de que salieran a la luz los casos, el consejo de administración de la compañía Weinstein despidió el domingo a su fundador, cuyo sello consta en numerosas películas de éxito, desde «Pulp Fiction» hasta «Chicago».
Weinstein admitió entonces su comportamiento dañino, pidió perdón públicamente y afirmó que está «tratando de mejorar».
Este martes, repitió en un comunicado de una portavoz que está recibiendo asesoramiento para corregir su forma de actuar y que espera una «segunda oportunidad».
Cuatro actrices, entre ellas Mira Sorvino y Rosanna Arquette, declararon sospechar que tras rechazar sus avances, Weinstein obstaculizó su carrera en represalia, extremo que negó este martes.
«Las alegaciones de sexo no consensuado son inequívocamente negadas por Mr. Weinstein», destaca también la declaración, en la que el productor responde a las alegaciones públicas de algunas mujeres que «cree que todas esas relaciones eran consensuadas».
Mientras que estrellas femeninas de Hollywood, desde Meryl Streep o Kate Winslet, hasta más recientemente, Jennifer Lawrence y Jessica Chastain han condenado públicamente al productor, resulta llamativo el silencio de los hombres, entre los que George Clooney admitió hoy haber oído rumores que tras las publicaciones pasan a «otro nivel».
Otra reacción destacada ha sido la de la excandidata presidencial Hillary Clinton, que se declaró «sorprendida y conmocionada» por las revelaciones sobre el importante contribuyente del Partido Demócrata y zanjó que su comportamiento «no puede ser tolerado».