Miembros de la comunidad hondureña viajarán el próximo 16 de abril a Washington para pedir al presidente Donald Trump una nueva extensión de 18 meses de su Estatus de Protección Temporal (TPS), que vence el próximo 5 de julio.
Impulsada por varias organizaciones de inmigrantes de Honduras la movilización consistirá en una vigilia pacífica ante la Casa Blanca para «hacer fuerza» las semanas previas a la decisión de Trump sobre el destino de los 57.000 inmigrantes hondureños amparados por el TPS que viven en Estados Unidos, de los cuales muchos residen en el área de Long Island y Nueva York.
El presidente Trump tiene que tomar una decisión sobre el futuro de los «tepesianos» hasta 60 días antes de que se venza el amparo, por lo que se espera un pronunciamiento para inicios de mayo.
Tras el acto frente a la Casa Blanca, la comunidad hondureña se trasladará al Capitolio para entregar a congresistas y senadores una petición de residencia permanente para hondureños, nicaragüenses, haitianos y salvadoreños.
El Gobierno de Trump anunció en los últimos meses que no renovará el TPS para Nicaragua, Haití y El Salvador, por lo que los beneficiarios de estos países deberían abandonar el país a lo largo de 2019 a menos que el Congreso apruebe una medida que les permita quedarse.
Peligro de Cancelación
El TPS es un programa migratorio creado en 1990 con el que EE.UU. concede permisos de forma extraordinaria a los nacionales de países afectados por conflictos bélicos o desastres naturales.
Desde entonces, los beneficiarios del TPS han visto cómo su permiso se renovaba de manera automática por periodos de 18 meses, pero el Gobierno de Trump decidió reevaluar las condiciones que justificaron la concesión del programa.
El Gobierno de EE.UU. anunció el 6 de noviembre de 2017 que extendía seis meses el TPS para Honduras y el fin de este mismo programa para Nicaragua.
EE.UU. concedió el TPS en 1998 a Honduras y Nicaragua tras el paso del devastador huracán Mitch por Centroamérica. El Salvador lo recibió en 2001 producto de una serie de sismos y Haití en 2010 por su catastrófico terremoto.
En su decisión sobre Nicaragua, el DHS «determinó que las condiciones substanciales, pero temporales, causadas por el huracán Mitch ya no existen».
En Honduras, sin embargo, pese a ser también Mitch el desastre que motivó el TPS, el DHS aplazó su decisión «por la falta de información definitiva sobre las condiciones sobre el terreno comparadas con las de antes del huracán», aunque anticipó que era «posible» su cancelación tras estos seis meses.
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