Alrededor de un centenar de inmigrantes centroamericanos fueron liberados hoy por Inmigración en la estación de autobuses de Greyhound, en Phoenix, Arizona, muchos de ellos sin grilletes electrónicos aunque con citas para presentarse ante un juez.
Miembros de congregaciones religiosas y voluntarios acudieron a las afueras de la estación para brindarle apoyo a mujeres, hombres y niños pequeños que habían sido liberados por Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y requerían de información.
«Esto no es nuevo, ya tiene un año ICE haciéndolo; solo que lo hace de manera que nadie se dé cuenta», dijo a Efe Sonia Armenta, voluntaria que asiste a inmigrantes.
«Nosotros venimos los domingos en la noche a ayudarlos y darles comida, porque la mayoría no saben qué hacer», narró la activista.
Recientemente, y debido a los altos números de inmigrantes que llegan a través de la frontera con México, ICE anunció que ya no los mantendrá en centros de detención más días del límite legal una vez que ingresen a los Estados Unidos.
La «liberación coordinada», según el término dado, comenzó a principios de octubre en Arizona, donde organizaciones sin fines de lucro tuvieron que buscar iglesias como refugios y alquilar habitaciones en moteles para alojar a los inmigrantes.
Armenta dijo que ICE revisa a dónde se dirige cada familia de inmigrantes antes de liberarlos y se asegurara de que cuenten con su boleto de viaje para llegar a su destino final dentro de los Estados Unidos.
Un empleado de la estación de autobuses de Greyhound, que prefirió omitir su nombre, dijo que la terminal no hace acuerdos directos que con ICE, sino únicamente se encarga de la compra del boleto y los inmigrantes pueden reclamarlo con un número de confirmación.
«La única relación que tenemos con ICE es por el motivo de la venta», comentó.
Armenta señaló que, pese a que los inmigrantes deben de ser liberados con un número de confirmación de viaje, muchos de ellos, por desconocimiento del idioma inglés, no saben cómo conducirse en las terminales.
«Ahora la situación está peor, porque las iglesias perdieron el control y ya no pueden recibirlos, nada más los están dejando en las terminales», expresó la cooperante.
Armenta reconoció que la liberación de cientos de inmigrantes indocumentados, especialmente familias centroamericanas, ha saturado la capacidad de organizaciones sin fines de lucro.
Decenas de inmigrantes liberados hoy fueron canalizados a la iglesia Nueva Esperanza, en Tempe, Arizona, para continuar con su proceso de reunificación.
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