Unos devastadores incendios en el norte del estado de California han dejado, al menos, 10 muertos, 20.000 personas evacuadas y 1.500 edificios destruidos, en una de las peores emergencias que ha vivido jamás ese estado, informaron hoy autoridades locales.
Hasta el momento, se han registrado 15 fuegos en ocho condados del norte de California, pero las autoridades estatales avisan de que ese número puede aumentar debido a los fuertes vientos, que soplan a un ritmo de 80 kilómetros por hora y que podrían empeorar la situación durante los próximos días.
«Esto es realmente serio, se está moviendo muy rápido. El calor, la falta de humedad y los vientos nos están llevando a una situación muy peligrosa y lo están empeorando. No está bajo control, pero estamos intentándolo de la mejor forma que podemos», dijo el gobernador de California, Jerry Brown, en rueda de prensa.
Brown ha declarado el estado de emergencia en los ocho condados dañados por los incendios, lo que permite el despliegue de más ayuda estatal.
Además, ha pedido al presidente de EE.UU., Donald Trump, que declare la situación de desastre en esas zonas ante los terribles daños que el fuego ha causado en infraestructuras y miles de casas.
Según las autoridades, el fuego ya ha devorado casi 30.000 hectáreas en el norte de California, sobre todo en los condados de Napa y Sonoma, el corazón de los viñedos y bodegas que hacen famosa a esta región de California por su producción de vinos de gran calidad.
Hasta 1.500 casas y negocios han sido destruidos, mientras que 20.000 vecinos han tenido que ser evacuados de sus casas, negocios y hasta de hospitales donde recibían tratamiento.
La rapidez del fuego ha sorprendido a las autoridades que no esperaban que los incendios pudieran arrasar tal cantidad de hectáreas en tan poco tiempo, según reconoció en declaraciones a medios locales Jonathan Cox, portavoz del Departamento de Silvicultura y Protección de Incendios de California.
Según ese departamento, un pequeño fuego en el condado de Mendocino acabó con la vida de una persona, mientras que otros dos vecinos fallecieron en el condado de Napa.
El alguacil del condado de Sonoma confirmó la muerte de otras siete personas, con lo que el número de fallecidos asciende a diez.
Los incendios comenzaron, por causas que aún se desconocen, el domingo por la noche sobre las 22.00 hora local (06.00 GMT del lunes) y se expandieron rápidamente desde el condado de Napa a otras zonas debido a los fuertes vientos, de 80 kilómetros por hora, según el Departamento de Silvicultura y Protección de Incendios.
Uno de los incendios más violentos se encuentra en Santa Rosa, la ciudad más poblada del condado de Sonoma y donde las autoridades pidieron a los vecinos de los barrios del norte que evacuaran inmediatamente debido a la facilitad con la que se estaba propagando el fuego.
En esa localidad, el fuego provocó la evacuación de dos hospitales, negocios y escuelas.
Además, destruyó al menos dos grandes hoteles que los turistas suelen usar cuando visitan los viñedos y las bodegas de la zona.
Más de 103.000 personas se encuentran sin gas ni electricidad, especialmente en los condados de Napa y Sonoma, donde 45.000 vecinos no tienen energía.
Además, los incendios provocaron el cierre de la principal autopista que une la ciudad de San Francisco con los condados del norte de California debido a que el fuego llegó a acercarse hasta los límites de la carretera con grandes llamas y un espeso humo que impedía la visibilidad, según vídeos de televisiones locales.
El peor incendio en la historia reciente de California fue en Cedar, en el condado de San Diego en 2003, que destruyó más de 2.800 hogares.
En 2007, otro fuego, también en el condado de San Diego, destruyó 1.600 hogares.
Los dos ocurrieron en octubre, mes que suele concentrar los incendios en California debido a los conocidos como «vientos del diablo», unas ráfagas de aire que, junto a las altas temperaturas y la sequedad de la maleza, permiten la expansión rápida del fuego.