A poco tiempo de vencer el programa de Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para los inmigrantes nicaragüenses, la organización Alianza Americas urge a todos los beneficiarios del TPS, familiares, organizaciones sin fines de lucro y comunidad en general a presionar al Congreso de los Estados Unidos mediante llamadas que exijan que el TPS sea renovado 18 meses más.
Nicaragua sería el primer país que perdería la protección de TPS el 5 de enero del 2019, seguiría Haití el 22 de julio del 2019, El Salvador el 9 de septiembre del 2019, Sudán el 2 de noviembre del 2019 y Honduras, que actualmente se encuentra en rescripción hasta el 28 de agosto del año en curso, tendría el TPS hasta el 5 de enero del 2020.
Después de estas fechas de finalización del TPS, los permisos de trabajo de los inmigrantes ya no serán válidos, las personas perderán su protección ante posibles deportaciones y ya no tendrán más extensiones de TPS en el futuro.
“La cancelación del TPS le está trayendo estrés a familias enteras en Nueva York y Long Island: niños y jóvenes que nacieron aquí temen ser separados de sus padres”, señaló Pilar Moya Mancera, directora de Housing Help Inc, organización que viene promoviendo una campaña de apoyo a todas las personas que en este momento temen quedarse sin TPS.
En una reunión comunitaria Moya exhortó la necesidad de insistir a nuestros representantes políticos para que ejerzan presión en el Congreso del país por la extensión del TPS.
Rosa, una de las afectadas
La mayor preocupación de los protegidos con TPS es la parte laboral, no tener los ingresos suficientes para el sustento de sus familias.
“Soy de Nicaragua y actualmente trabajo manejando un bus escolar en Huntington, mi TPS finaliza el 5 de enero y después no tendré trabajo”, señala angustiada Rosa, una inmigrante centroamericana que prefiere no revelar su apellido, pero sí hablar por todos aquellos que al igual que ella están a pocos meses de perderlo todo.
“Yo le pido a la gente que nos ayude, que hagan llamadas, que piensen en lo que esto nos va a afectar”, recalca Rosa, quien es madre soltera con tres hijos ciudadanos americanos de 18, 15 y 10 años, y que acuerdo a ella, en este momento no están tranquilos de pensar en la situación migratoria de su mamá.
“He vivido honestamente en este país por 20 años, desde hace 15 años tengo mi propia casa, mi hija mayor se gradúa de la escuela secundaria y va a empezar la universidad. Si pierdo mi trabajo no sé que va a pasar con mis hijos y mi casa”, se pregunta muy apesadumbrada.
Rosa, es parte de los 16 nicaragüense con TPS que residen en el área de Long Island, Nueva York. Nicaragua es el país de Centroamérica con menor cantidad de inmigrantes beneficados con el TPS (un total de 2550 en los Estados Unidos) comparado con los 195,000 salvadoreños que están protegidos a nivel nacional con este programa, de los cuales se estima que 9,655 viven en los condados neoyorquinos de Nassau y Suffolk.
Ante la incertidumbre de lo que pueda pasar en los próximos meses la entidad Alianza Americas sólo pide ayudar a las personas que van a perder su TPS, comunicándose con el Congreso y abogando porque esta protección sea extendida.
“Una llamada para salvar muchas familias y sobre todo a muchos niños y jóvenes que perderían su estabilidad emocional y económica”, puntualiza Moya.
Crisis inmobiliaria
Para Pilar Moya, directora de Housing Help Inc. que presta servicios a familias de escasos recursos en todo lo concerniente a vivienda, el hecho de que muchos beneficiarios de TPS estén en peligro de perder este estatus de protección repercutirá radicalmente en la economía local, particularmente en el tema de la vivienda.
“Ya empezamos a ver lo mismo que cuando tuvimos la recesión económica en el 2009-2010 durante la cual muchas personas decidieron dejar de pagar la hipoteca de su casa y perderla”, señaló Moya.
Asimismo, destaca que la mayoría de los beneficiados con TPS en Long Island son procedentes de El Salvador, y que de acuerdo a sus estadísticas cerca de 4000 están pagando la hipoteca de su propia vivienda en Nassau y Suffolk.
“Si familias con TPS pierden sus casas, tendremos una nueva crisis inmobiliaria y las viviendas tendrán que bajar su valor afectando todo el mercado”, insistió Moya, definiendo que los pueblos que se verían más afectados serían Huntington Station, Brentwood, Central Islip y Wyandanch.