El 23 de mayo un agente de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos disparó y mató a una mujer inmigrante centroamericana en un incidente cerca de la ciudad de Río Bravo, Texas.
Claudia Gómez González, una joven guatemalteca de 19 años, perdió la vida tras haber cruzado la frontera en busca del sueño de un futuro mejor pero éste quedó truncado por un tiro letal que le impactó en la cabeza.
Ante esta situación que ha despertado gran indignación de la comunidad inmigrante en EE.UU., el director ejecutivo de la organización Mi Familia Vota, Ben Monterroso, emitió la siguiente declaración:
«Condenamos enérgicamente el uso de la fuerza letal contra cualquier inmigrante que cruce la frontera. Los migrantes son las personas más vulnerables de cualquier comunidad, y las mujeres especialmente enfrentan dificultades y peligros. Esas amenazas no deberían venir a manos de nuestra Patrulla Fronteriza.
Valoramos la vida. Nuestra dedicación al compromiso cívico y nuestra comunidad se basa en el valor del derecho a una vida digna. Esta mujer inmigrante guatemalteca, que estaba tan llena de potencial, no debería haber sido asesinada por tener los sueños y la determinación de construir un futuro en nuestro país.
Los inmigrantes no deberían estar muriendo como resultado de la violencia perpetrada por la Patrulla Fronteriza. Nuestros agentes tienen la responsabilidad de proteger a todas las personas.
De la misma manera, nuestro gobierno tiene la responsabilidad de investigar las acciones de este agente a través de un organismo independiente y responsabilizar a todos los que se comporten de manera no ética o criminal.
Es profundamente preocupante que el Departamento de Seguridad Nacional de los EE.UU. haya demostrado una continua falta de consideración por el bienestar de los inmigrantes, lo que parece haber aumentado durante la administración de Trump.
Tenemos la responsabilidad de elegir funcionarios públicos y un Congreso que trabajará por la justicia social de una manera que defienda nuestros valores y a quién queremos ser como país.
Nuestra participación cívica, nuestra participación contínua en la comunidad y nuestros votos son un medio para construir un ambiente justo. Nosotros y nuestras familias merecemos justicia. Ella -la inmigrante guatemalteca asesinada-se lo merecía también, y continuaremos nuestra búsqueda de justicia en su nombre».
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