Grupos y organizaciones que abogan por los inmigrantes regresaron a la carga con una protesta frente al Congreso de Estados Unidos para defender sus aportes ante los ataques de la campaña de Donald Trump (2017-2021) y presionar por un camino a la residencia permanente para los indocumentados.
«No podemos quedarnos callados ante los terribles ataques que estamos escuchando. Nos han despreciado, nos han deshumanizado, tenemos que alzar nuestras voces y defendernos», dijo Angélica Salas, directora de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA).
La activista, que viajó desde California con más de cincuenta miembros de su organización para participar en la manifestación, lamentó que los indocumentados sean nuevamente usados como carne de cañón por los republicanos para ganar la Presidencia de EE.UU. en noviembre próximo.
«Están amenazando con deportaciones masivas, con la destrucción de familias. Tenemos que exigir un alto a toda está retórica o veremos nuevamente una ola de odio que no solo afecta a los indocumentados, sino a los estadounidenses, a los que tienen residencia permanente, a todos», advirtió Salas.
En varios de sus mítines de campaña el expresidente Trump ha prometido realizar la mayor deportación de indocumentados en la historia de EE.UU. y ha impulsado una retórica de que la mayoría de ellos son criminales.
Las decenas de manifestantes que viajaron desde estados como Nueva York, Nueva Jersey, Arkansas, Maine, Nevada, defendieron frente al Congreso las contribuciones de la comunidad, la cual por décadas ha pedido que los legisladores y el Ejecutivo estadounidense reconozcan sus esfuerzos y les den un camino a la ciudadanía.
«Nuevamente nos invade el temor», declaró la mexicana Maria Areli Sotelo Albarran, de 34 años, y que llegó a Estados Unidos con tan solo 4 años.
La inmigrante de Cocula (Guerrero, México) está amparada por el programa de Acción Diferida Para los Llegados a la Infancia (DACA) y ha vivido años de incertidumbre desde que el expresidente Trump quiso acabar con el amparo.
«Tenemos que unirnos en una sola lucha para protegernos y pedir un camino a la ciudadanía no solo para los amparados por DACA sino para todos los indocumentados», apuntó.
Los manifestantes, que hacen parte de la coalición ‘All In for Registry’, a la que pertenecen más de 130 organizaciones en todo el país, también abogaron porque se apruebe una reforma migratoria a través de la actualización de la Ley de Registro.
La norma establecida desde 1929 ha permitido acceder a la residencia permanente a los inmigrantes que pudieran probar que habían llegado a EE.UU. en determinada fecha y que tenían «un buen carácter moral».
«Esta es la ruta más razonable para el país», considera Salas, que junto a la coalición ha impulsado por casi tres años, la actualización de la ley ante el fracaso en el Congreso de la aprobación de una reforma migratoria prometida por el presidente Joe Biden.
Salas se reunió la semana pasada con la vicepresidenta Kamala Harris en un evento dedicado a la comunidad latina. «Estamos comenzando desde ahora a recordar el compromiso que tienen con nuestra comunidad indocumentada, no se pueden olvidar de nosotros, nos deben una promesa y estamos aquí para recordarlo», precisó la activista.
Por su parte, Sotelo hizo un llamado a los votantes a respaldar a la comunidad indocumentada y recordó que hay miles como sus padres que llevan más de treinta años trabajando sin obtener beneficios.
«Tenemos que voltear a mirar a las que limpian las casas, a los campesinos, a los que trabajan en la construcción, en las cocinas de los restaurantes, todos nos merecemos un camino a la ciudadanía», dijo la inmigrante.
El Congreso de Estados Unidos lleva 35 años sin aprobar una ley que permita acceder a la ciudadanía a un gran grupo de migrantes. La última vez fue en 1986, cuando el entonces presidente, Ronald Reagan, firmó una ley que permitió regularizar a unos 3 millones de inmigrantes indocumentados.