No cabe duda de que el que persevera alcanza, y el estudiante de Queens, Julio Salas, es un vivo ejemplo del gran trabajo de muchos jóvenes hispanos.
Julio, del barrio de Corona, quiere ayudar a los niños que hacen de su ciudad natal uno de los barrios más dinámicos de Nueva York.
Julio Salas, nacido en el Hospital Elmhurst, se abrió paso en Queens y el resto de la ciudad ganando el Campeonato Juvenil de Balonmano, asistió a las escuelas pública No. 28 y 14, a la escuela intermedia No. 61 y a la escuela secundaria John Bowne, tomó los buses Q 88 y Q30 a Queensborough Community College en Bayside – «Siempre llegué temprano» – y solía relajarse en el parque de Astoria, al borde del East River.
¿Regresar a casa en Corona? Eso sería perfecto», exclamó el graduado de Queensborough y estudiante de medicina en ascenso, durante un reciente receso de la Universidad de Cornell, en Ithaca.
Salir de Corona e ir a Cornell, 236 millas al norte del estado, no fue fácil. Ya sea en coche, autobús o tren: no es un camino directo. Tampoco lo ha sido el trayecto de Julio para asistir a una de las mejores universidades del país.
«Había aplicado por toda la ciudad de Nueva York sin mucha suerte», dijo en una visita a Queensborough.
El técnico calificado en Medicamentos de Emergencia decidió que un título en Ciencias de la Salud en Queensborough le ofrecía una buena oportunidad para avanzar en su carrera.
«Al principio, no me di cuenta de las oportunidades y el valor que una universidad comunitaria podía ofrecerme», admitió Julio.
Raíces latinas y deseos de aprender
Con gafas estilo carey, una nítida camisa blanca y un traje azul claro entallado, Julio explicó con confianza, tomando un café helado del Starbucks de la Biblioteca, que Queensborough lo ayudó a canalizar sus nuevas obsesiones por aprender, por volverse autosuficiente, por mejorar su mentalidad y por expandir su visión del mundo.
“Mi madre es colombiana. Mi padre es mexicano. Soy el mayor de cuatro hijos. Era pobre, pero sabía que tenía que ir a la universidad», dijo. “Estaba muy nervioso cuando vine a Queensborough. Era un niño callado».
Y luego, «todo cambió».
Los maestros de primaria lo describen como un niño inteligente, maduro para su edad pero tímido, Julio se colocó al frente y al centro en Queensborough todos los días, según Brigitte Tilley, su profesora de inglés 101.
“Julio prestó atención y estaba comprometido. Fue activo y un líder solidario con sus compañeros de clase».
Julio sonríe y se mueve en su silla.
«Gracias a la profesora Tilley, me gustó el inglés por primera vez», aseguró.
Como estudiante de primer año de Queensborough, Julio exploró internet sin parar y vio, en sus propias palabras, muchos videos de autoayuda y motivacionales. Buscó todo en Google y, para su ventaja un día, tropezó con America Needs You (ANY), una organización sin fines de lucro que brinda desarrollo profesional y tutoría a estudiantes de bajos ingresos que son los primeros en sus familias en ir a la universidad.
«Solo 100 hombres y mujeres fueron elegidos para la beca de dos años, y mi experiencia fue fenomenal».
El programa, un complemento de la extensa red de programas de apoyo estudiantil de Queensborough, se centra en las habilidades profesionales, la exploración de carreras, la finalización de la universidad y el crecimiento personal a través de intensos talleres y tutorías de profesores que ayudan a los jóvenes a establecer objetivos y mantenerse en el camino, académicamente y profesionalmente.
“Nos impulsaron. Dijeron: ‘puedes hacer esto; otros lo han hecho’. Fue agradable estar allí. Todos eran como yo. Empecé a preguntarme: ‘¿Cómo puedo hacerlo mejor, estudiar mejor, mejorar y ser mejor?’».
Julio se había inscrito en el programa de Estudio Acelerado en Programas Asociados (ASAP) de Queensborough. Realizó una pasantía en el Centro de Holocausto Kupferberg (KHC) de la universidad y viajó a Austria, bajo el auspicio de CUNY, para el programa ciudadano mundial.
“ASAP me ayudó mucho y me brindó apoyo y orientación financiera, académica y profesional. En KHC aprendí sobre el significado de la intolerancia y el impacto de los crímenes de odio en nuestra comunidad. En Austria, comprendí que puedes hacer cosas aparentemente pequeñas y positivas pero que serán un gran impacto en el mundo», comentó.
Julio se enfocó en la escuela de medicina cuando estudió biología y química en Queensborough y participó en RIMS, la Iniciativa de investigación de la universidad para maximizar las habilidades científicas.
La Dra. Patricia Schneider invitó a Julio a participar en un proyecto de investigación sobre la enfermedad de Alzheimer, realizado por su colega el Dr. Francisco Villegas, en el York College de CUNY.
Queensborough and America Needs You animó a Julio a dar el siguiente paso. Después pasarse el plazo de la solicitud para la Universidad de Columbia, Julio hizo una presentación a Cornell a último minuto.
“Un sábado, camino a un partido de balonmano, me detuve en casa y mamá dijo que había llegado un sobre de Cornell. Lo abrí, solo, en la sala de estar. Lo leí una y otra vez. Me sorprendió que me hubieran admitido y, realmente, no caí en cuenta. En el partido de balonmano me preguntaba como funcionarían las cosas”.
Resulta que funcionó bien.
Proyectos futuros
Inscrito en la Licenciatura en Ciencias en Desarrollo Humano de Cornell, Julio y un equipo de investigadores universitarios están trabajando con estudiantes de la Academia de Ciencias de Syracuse para analizar las elecciones que hacen los estudiantes para promover la función cerebral, el rendimiento académico y el desarrollo socioemocional. Además, está investigando las diferencias en el envejecimiento cognitivo entre los jóvenes y los ancianos, como parte de otro proyecto en el Laboratorio de Afecto y Cognición de la universidad.
«Tomé Psicología 101 en Queensborough y eso me abrió los ojos y me interesó más en el desarrollo infantil».
Este niño de Corona, que durante tres años cuidó y bañó cachorros en una tienda de mascotas en Flushing y hubiera seguido en el balonmano profesional si eso existiera, ahora está decidido a ayudar a los niños en Corona, como pediatra trabajando para comunidades marginadas.
Aplicará a la escuela de medicina al finalizar su licenciatura.
“De niño, nunca vi ni fui a un médico latino. Quiero estar para los niños de mi vecindario y ser más que un médico que atiende sus necesidades médicas».
Con solo 21 años, Julio planea obtener un Doctorado en Medicina (MD), una Maestría en Salud Pública, convertirse en profesor y escribir su biografía. Su sueño es ser nombrado Comisionado de Salud de la Ciudad de Nueva York y su visión a futuro es establecer un centro de salud comunitario holístico sin fines de lucro que satisfaga las necesidades de las comunidades desatendidas de Queens.
Él y sus amigos de Cornell ya están elaborando planes. Están haciendo espacio para una cancha de balonmano.
-Traducción de Raquel Romero